Un negocio familiar que en 1960 empezó en un brasero, hoy se ha convertido en una parada obligatoria de sabor para quienes visiten Riobamba. Gladys, Cecilia y Elvis Jiménez son hermanos y socios que han seguido con el legado de sus padres expandiendo el negocio y trabajan para seguir creciendo.
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“Este emprendimiento nació hace más de 60 años por mi papá y mamá en un zaguán, en una esquina con un brasero que poco a poco fue creciendo. El plato estrella que se ha mantenido, hasta ahora, es el seco de chivo que todo Riobamba conoce, es una tradición”, dice con orgullo Elvis.
Recalcan que este plato es hecho con carne de borrego, no de chivo.
Los hermanos Jiménez se hicieron cargo del negocio que ahora cuenta con nueve empleados y se proyectan a seguir creciendo.
“Hace aproximadamente 22 años dijimos “hay que crecer”, construimos este edificio que era una casa pequeña y de adobe. Luego contratamos más personal”, dice Elvis.
El negocio empezó en la misma casa donde construyeron un edificio y ahora acoge a miles de personas que desean probar sus platos llenos de amor y tradición. “Yo era la que le acompañaba a mi papi y a mi mami al mercado. No ejercí mi profesión y me dediqué de lleno al restaurante”, dice Gladys.
El porqué de su nombre también tiene una historia. Lentejita le decían a su papá. Los clientes también han crecido con ellos. “Venían a comer con sus padres, ahora ellos vienen con sus familias. Hasta tres generaciones han venido”, dice con orgullo Elvis.
Agradecemos a Palma de Oro y Kiosko por apoyar esta iniciativa e impulsar a los emprendimientos.