En realidad, muchos son los factores que disminuyen las ganas de tener relaciones sexuales con la pareja, bien sea por estrés personal y laboral; cansancio, monotonía y desgaste en la relación; e incluso la falta de tiempo son algunos de los factores que van de a poco apagando la llama y el deseo.
PUBLICIDAD
Para entender un poco más sobre la problemática que muchas veces lleva a la finalización de largas relaciones, la médica, ginecóloga y sexóloga, Florencia Salort, explicó en una entrevista para el medio 5N que una persona con estrés tiene un alto nivel de alerta y, generalmente, está desatenta al placer.
Estrés y ansiedad
Es un nivel de ansiedad, miedo, control, rigidez, que aumenta el cortisol, un gran enemigo de la dopamina aumentada que genera el ciclo placer-recompensa. “Una persona que tiene estrés está en estado de alerta, no conectada con el placer, el relajo, con la posibilidad de comunicación, de atención plena y de relajación necesaria para un disfrute pleno.
Salort continuó su explicación alegando que “además, el estrés baja muchísimo el sistema inmune y las endorfinas (que dan la sensación de bienestar). Se produce en cambio un circuito de adrenalina, cortisol y serotonina que aleja a la persona de las hormonas plácidas: dopamina, endorfina, opiáceos, etcétera. El estrés es un gran enemigo del placer y del estar conectado/a con uno mismo y con el otro. A su vez, genera ansiedad y eso es una de las principales causas de difusión eréctil en los varones”.
El sexo no puede ser una obligación
La especialista argentina indicó que el sexo no puede ser visto como una simple tarea para complacer al otro. Es importante entender que el placer sexual es capaz de bajar altos niveles de estrés y la creatividad al momento de la práctica es fundamental para revivir la pasión.
Buscar actividades divertidas fuera de la cama y de la casa también ayuda, así como la masturbación que es también una actividad sexual que alivia tensiones, ya que tiene todos los beneficios y ninguna exigencia.
“No es necesario tener un acto sexual con coito (penetración). Podemos buscar actividades sexuales que nos diviertan y no nos exijan demasiado. Por ejemplo, bañarse con la pareja, hacerse masajes, leer cuentos o escuchar podcasts eróticos. Hay evidencia científica que comprueba que tener orgasmos libera sustancias que ayudan a aliviar el estrés, mejoran el sistema inmunológico y colaboran en el bienestar general. Por el otro lado, levanta la autoestima porque mejora la calidad del vínculo de pareja y eso ayuda a aliviarlo.”, recomendó Florencia Salort.
