De acuerdo al Portal BBC News, “el trastorno del espectro autista se caracteriza por una alteración en el desarrollo cerebral que provoca diferencias en la comunicación social, así como conductas repetitivas y estereotipadas.
PUBLICIDAD
“Para aquellos que viven con la condición, los cambios sensoriales, como una incomodidad extrema con ciertos ruidos o texturas, y un repertorio específico de intereses, también llamado hiperenfoque, suelen ser comunes”.
Las niñas ocultan su comportamiento atípico
Algo que es cierto y ha sido comprobado científicamente es que los cerebros del hombre y de la mujer son diferentes. Por tanto, es lógico que su comportamiento también lo sea.
En ese sentido, el temor a cometer errores es mayor en las niñas, lo que hace que oculten sus acciones estereotipadas propias del espectro autista. Por supuesto, esto lo pueden lograr si el grado del trastorno es leve.
“Es este proceso de tratar de imitar comportamientos considerados socialmente aceptados en grupos de amigos en la escuela, en el trabajo e incluso en las relaciones familiares, lo que se conoce como camuflaje social”, así se especifica en el sitio web de la BBC.
Las consecuencias del camuflaje social
“Como no es tan natural para las personas neuroatípicas, esas actitudes acaban gastando más energía cerebral y la persona puede agotarse, tanto física como emocionalmente”, explicó la psiquiatra Mirian Revers Biasão, profesora de la Escuela Internacional de Desarrollo (EID) en Brasil, para la BBC.
De tal forma, diversos estudios demuestran que el camuflaje social implica todo un gran esfuerzo que realizan las niñas o mujeres con autismo y que les genera mayores índices de depresión, ansiedad y agotamiento.