A los 17 años, aún adolescente, Lisa DiNatale comenzó su carrera como peluquera y terapeuta de belleza. Al poco tiempo se dio cuenta de que su parte favorita del trabajo era explorar los productos.
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Esta curiosidad la llevó pronto por el camino del desarrollo de productos. Rumbo al éxito sin camino de retorno. Hoy es la líder de Eficacia Clínica en Reclamos e Innovación en el Centro de Innovación de Avon en Suffern, Nueva York.
Lisa, al igual que muchas mujeres en el mundo, han logrado escalar hasta sitios insospechados y la ONU, desde 2016, cada 11 de febrero, las conmemora con el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia.
La historia de Lisa tiene singularidad, pues las mujeres en el mundo no tienen las mismas oportunidades para acceder al desarrollo.
“La igualdad de género ha sido siempre un tema central de las Naciones Unidas. La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas contribuirán decisivamente no solo al desarrollo económico del mundo, sino también al progreso respecto de todos los objetivos y metas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, ha expuesto la ONU.
Lisa, después de la secundaria, decidió no ir a la universidad, sino obtener una licencia de cosmetología y comenzar a trabajar como terapeuta de belleza. “Disfrutaba hacer que las mujeres y los hombres se vieran y se sintieran hermosos, pero después de años de trabajar allí me di cuenta de que lo que me interesaba no era realmente cortarme el cabello, maquillarme y arreglarme las uñas, sino trabajar con los productos, jugar con ellos y mirando el maquillaje que realmente me interesaba”, recuerda ahora, muchos años después.
Su próximo paso fue encontrar trabajo en un laboratorio de pruebas clínicas, donde trabajó para probar nuevos productos y demostrar su seguridad y eficacia.
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“Después de un tiempo me di cuenta de que era divertido ahora ir probando productos y jugando con ellos, pero aún no era el trabajo de mis sueños, porque todavía me faltaba ese ‘¿entonces qué?’: no podía ver cuando los productos salían al mercado, no podía ver las pruebas que se hacían, si a los consumidores les gustaba o no les gustaba, si los productos eran eficaces o no”, comenta.
“Avon me contrató mientras trabajaba allí”, recuerda cuando llegó a los laboratorios de la compañía global Avon. “Ahora soy parte del ciclo de desarrollo del producto. Todos los días dirijo un laboratorio increíble con grandes científicos dentro de mi grupo y realmente estamos analizando los ingredientes desde cero, trabajando en estrecha colaboración con los químicos, como parte del proceso de desarrollo”.
Centro de Innovación de Avon
El Centro de Innovación de Avon, ubicado en Suffern New York, es una red de laboratorios de 225.000 pies cuadrados de superficie, en el que trabajan más de 200 científicas y científicos de diversas disciplinas en la investigación, formulación, desarrollo y prueba de productos que se originan a partir de las tendencias y los cambios culturales en todo el mundo, para garantizar que los productos de Avon lideren el camino de la innovación global en materia de belleza.
Y es que en la compañía se ha ido afianzando en un camino liderado por mujeres. Tanto a nivel mundial como en el centro de innovación de Suffern, Avon es una organización mayoritariamente femenina (67% mujeres y 62%).
De vuelta con Lisa. Ella recuerda que lo que le impresionó de Avon no fueron solo los productos, sino también el espíritu de la marca.
“Quedé muy impresionada no solo con la ciencia que hacemos, sino también con la historia. Un ejemplo fue que las mujeres en algunos países vendían productos de Avon como representantes y ganaban dinero antes de acceder al derecho a votar”, dice. “Realmente me hizo sentir empoderada como mujer. No solo estábamos haciendo maquillaje, cosméticos y cremas para la piel, en realidad estábamos empoderando a las mujeres y permitiéndoles obtener ingresos y dándoles algo de lo que estar orgullosas”, se enorgullece.
La innovación tiene rostro de mujer
La innovación reciente más importante, ganadora del premio Edison, ha sido Protinol, lanzado el año pasado en el revolucionario Anew Power Serum de Avon y en otros productos de nuestra línea insignia Anew. Y Lisa tuvo que ver en ese logro.
La bióloga que identificó el enfoque molecular, descubrió y validó esta nueva tecnología es una mujer fue Jola Idkowiak-Baldys, quien junto a Lisa diseñó la investigación y los métodos que establecieron y optimizaron sus beneficios clínicos revolucionarios.
Pero no acaba ahí. El equipo de formulación estuvo dirigido por otra mujer: Saundra Striharsky, al igual que el equipo de desarrollo de envases (Amanda Mcallef y Lisa RIchter-Flaig), la investigación del consumidor y el diseño de productos de formulación (Jen Weinstein) y los equipos de microbiología (Patricia Cohen) que desempeñaron papeles importantes en el proceso de desarrollo.
Avon tiene entre sus credenciales el contar con más de 1.000 patentes en las últimas 2 décadas y han sido reconocidos con más de 300 premios en los últimos 3 años. Sin duda, el aporte femenino - siendo casi el 70% de mujeres quienes integran el centro de innovación- , ha sido determinante es esta amplia trayectoria.