La familia de de Dolores Bastida Navarro decidió llevarse el féretro en plena misa, acusando al cura de no cumplir con la última voluntad de la fallecida.
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De acuerdo a lo informado por ABC, el hecho ocurrió en la localidad de Cardona en Barcelona, en donde la mujer murió a los 95 años y tenía dos solicitudes: ser enterrada junto a su esposo y que la misa fuera celebrada en castellano.
Sin embargo, esta última no fue cumplida al 100%, lo que causó la molestia de la familia.
Dolores, la hija de la fallecida, relató al citado medio que “mi madre contrató en vida un seguro de decesos y había varios apartados, uno de ellos era las últimas voluntades”.
“Allí, expresó que quería que su misa de funeral fuera en castellano. En la compañía de seguros nos dijeron que cuando ocurriera el deceso en la funeraria nos tomarían nota. Cuando ya nos dejó, fuimos a la funeraria y llenamos un formulario, donde pusimos de nuevo que queríamos la misa en castellano. Sin embargo, al día siguiente fuimos a hacer la misa a la iglesia de Cardona y allí el sacerdote empezó hablando en catalán”, expresó.
Al respecto, indicó que “yo avisé a los de la funeraria, que estaban también allí, y ellos hablaron con el sacerdote. Este paró, se fue y al cabo de unos minutos volvió con otro misal en las manos. Sí siguió en castellano un rato, pero cuando acabó de leer los evangelios, volvió al catalán”.
“Cuando volvió al catalán, el de la funeraria se acercó de nuevo al altar y le recordó que la difunta quería la misa en castellano. Entonces, el sacerdote bajó, se vino a nosotros y nos dijo que ya había hecho una parte en castellano y que seguiría en catalán porque no tenía los libros para continuar en castellano”, agregó.
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En ese sentido, afirmó que “yo intenté negociar con él, le dije que para nosotros eso presentaba un problema, le dije que yo ni siquiera era creyente, pero nada, no hizo caso. Fue entonces cuando vi que había dos caminos, o montábamos una discusión allí, o nos íbamos. Decidí evitar un escándalo, así que le pedí a la funeraria que sacara el féretro de allí, a lo cual la funeraria me dijo que tenía razón, lo sacaron y nos fuimos al cementerio”.
“Fue fuerte y muy triste para nosotros. Mi madre solo tenía dos voluntades, misa en castellano y enterrarse en junto a su marido, y solo hemos podido cumplir una. Siento que la he decepcionado. No me sirven disculpas ni excusas. Tampoco sé qué movió al cura a hacer lo que hizo, pero debería haber sido más caritativo y profesional. Para nosotros el daño ya está hecho”, relató.
La defensa del sacerdote
La familia de la mujer presentó en tanto una queja a la Diócesis de Solsona, desde donde exculparon al cura, indicando que no sabía que tenía que hacer la misa en castellano y que no contaba con los materiales necesarios para eso.
Por su parte el sacerdote acusado, Carles Pubill, se defendió señalando que desconocía la voluntad de la fallecida y que no tenía los libros, por lo que hizo en castellano todo lo que podía en ese momento.
“Hice la parte que podía en castellano, seguí en catalán e iba a acabar en castellano. No me avisó ni la familia ni la funeraria. No entiendo todo este alboroto, si me hubieran avisado con tiempo, lo habría hecho como querían porque yo ya he hecho muchas otras misas y funerales en castellano. Aquí en Cardona hay muchos castellanoparlantes”, expresó.
“Por desgracia, todo esto se está utilizando políticamente”, sostuvo finalmente el sacerdote.
Cabe mencionar que el cuerpo de Dolores ya descansa en el cementerio de la localidad.