Tras una primera temporada que sacudió la escena local y se posicionó como uno de los montajes más comentados del año, “El Ansia” vuelve a los escenarios en 2026 con su esperada segunda temporada, afirmándose como una de las propuestas más intensas y reveladoras del teatro contemporáneo.
La obra iniciará su recorrido en Guayaquil, en el Teatro Centro de Arte, del 8 al 18 de enero, para luego trasladarse a Quito, presentándose en el Teatro Scala del 5 al 8 de marzo. Esta nueva etapa promete reencontrar al público con una historia profunda y poética que explora la esencia misma del deseo.
Escrita y dirigida por el reconocido dramaturgo español Ignasi Vidal, la obra presenta una historia profunda, poética y emocionalmente reveladora, a través del descubrimiento de un secreto amoroso oculto durante más de cuarenta años.

La trama une a dos familias y transforma la vida de Andrés y Hanna, invitando al público a reflexionar sobre el deseo silenciado, la fragilidad humana y el peso de los secretos que atraviesan generaciones.
Vidal, autor barcelonés de amplia trayectoria y creador de piezas como El Plan y Dignidad, construye en El Ansia un relato íntimo que se adentra en los vínculos humanos y en la esencia misma del deseo.
Con una carrera destacada en el teatro musical internacional y una sólida trayectoria como dramaturgo contemporáneo, Vidal presenta una propuesta que se caracteriza por su sensibilidad, profundidad y un lenguaje escénico cargado de humanidad.

La obra permaneció guardada durante una década hasta que el dramaturgo encontró a los intérpretes ideales para asumir su complejidad emocional: Roberto Manrique y Giovanna Andrade, cada uno con un desafío actoral poco común que el público podrá volver a presenciar en esta nueva temporada.
Con una puesta en escena íntima y minimalista: dos sillas, una mesa, un perchero y un espacio blanco, la obra demuestra que cuando la palabra y la interpretación son protagonistas, el teatro alcanza su expresión más poderosa.
La escenografía, acompañada por una iluminación precisa e íntima y un vestuario diseñado por Mellisa Klein, crea una atmósfera envolvente que potencia la emocionalidad del relato. La proyección de fechas sobre el escenario marca el paso del tiempo y sitúa al público dentro de la evolución de los personajes y sus vínculos.
El Ansia reflexiona sobre cómo el deseo puede callarse, pero nunca desaparecer, y cómo los secretos y la memoria afectiva moldean nuestro destino. Es una propuesta ideal para un público amante del drama, de las historias profundas y del teatro que invita a sentir y pensar.

