Subirse a una canoa en el Yasuní, caminar entre la neblina del Chocó Andino o comer encebollado frente al mar en Mompiche no serán experiencias exclusivas de viajeros aventureros o mochileros extremosCuenca. Para el 2026, según proyecciones de operadores turísticos y tendencias globales, Ecuador se posiciona como un destino emergente de turismo sostenible, diverso y profundo.
Este reportaje recorre los destinos con mayor proyección de crecimiento en el próximo año. El criterio no solo es la belleza escénica, sino la transformación local, el acceso responsable y la creciente demanda internacional.
El Chocó Andino: el bosque que Ecuador está redescubriendo

A solo 2 horas de Quito, el Chocó Andino ha pasado de ser un secreto entre ornitólogos a convertirse en la última frontera del ecoturismo.
Declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, este bosque nublado alberga especies endémicas, cascadas escondidas y fincas ecológicas que promueven el turismo regenerativo.
María Fernanda Naranjo, guía local y defensora ambiental, se ha convertido en rostro de esta transformación. “Aquí el turista no solo observa, sino que siembra, aprende y se lleva algo más que una foto”, dice.

El 2026 proyecta un crecimiento del 40% en visitas a esta zona, según cifras del Ministerio de Turismo.
Cuenca y sus alrededores: cultura viva más allá del centro histórico

Mientras muchos siguen pensando en Cuenca como destino patrimonial, los nuevos viajeros están descubriendo los pueblos que la rodean.
Chordeleg, Gualaceo, Sigsig y las rutas de los tejidos y las joyas artesanales se posicionan como epicentros de turismo cultural.
La experiencia de ver cómo se elabora un sombrero de paja toquilla en vivo o compartir la chicha con una familia kichwa es algo que no encuentras en guías en ningún lugar.
Ruta de los volcanes y la nueva era del senderismo

El Cotopaxi, Chimborazo, Quilotoa y Altar no solo son postales, son ahora escenarios de microaventuras, caminatas guiadas, glamping y deportes de bajo impacto que atraen a viajeros en nuevos paisajes.

Empresas comunitarias en zonas como Zumbahua, Salinas de Guaranda y El Tambo están generando nuevas fuentes de empleo y experiencias a la medida del ‘viajero slow’: el que busca desconectarse para reconectar.
La Amazonía más accesible, pero igual de mística

En 2026, el enfoque turístico de la Amazonía no será el “jungle tour” tradicional, sino el turismo ancestral y educativo.
Comunidades en Cuyabeno, Shuar en Pastaza y Waorani en Orellana están creando circuitos de inmersión que involucran caminatas guiadas por sabios locales, clases de medicina ancestral y noches de leyendas bajo las estrellas.
“Turismo que cura” lo llaman, y cada vez más viajeros espirituales lo buscan.
Costa ecuatoriana: entre manglares, surf y turismo de regeneración

Mompiche, Ayampe, Puerto Cayo y La Rinconada se están reposicionando como destinos de slow travel.

Allí, el lujo no se mide en estrellas de hotel, sino en la cercanía con la naturaleza, la comida local y la posibilidad de ver ballenas desde una hamaca.
Proyectos de restauración de manglares, escuelas de surf comunitarias y cocina de kilómetro cero están en auge.
2026: el año del Ecuador más auténtico
La tendencia del viajero que busca naturaleza, autenticidad y experiencia pone a Ecuador en el radar global.
Desde comunidades indígenas que abren sus puertas, hasta reservas ecológicas que priorizan la conservación sobre el volumen de turistas, el país se alista para un nuevo ciclo turístico.
Y quizá lo más emocionante sea esto: el Ecuador que viene no es uno nuevo, sino uno que siempre estuvo allí. Solo que ahora el mundo está listo para descubrirlo.

