En su aparición más franca hasta la fecha en el pódcast No te lo Cayes de Cayetana Guillén-Cuervo (Platanomelón), Ester Expósito habló sobre el tipo de pareja que desea, su perspectiva sobre las relaciones sexuales si el compañero fue “educado con el porno”, los criterios que maneja respecto a la privacidad íntima, y por qué siente que los famosos podrían tener menos relaciones reales por la presión mediática.
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Expuso que todos sus novios hasta ahora han sido actores, aunque desearía enamorarse de alguien fuera del mundo del espectáculo; que se fija en si un hombre ha visto porno, porque el ritmo frenético y el enfoque en el placer masculino le resultan poco satisfactorios; que la comunicación y la confidencialidad son fundamentales; y que su preocupación no siempre fue tan profunda, pero ha aprendido a valorarse, marcar límites y priorizar lo emocional.
¿Qué tipo de pareja ideal y criterios sexuales plantea Ester Expósito?
Ester confesó que, hasta ahora, todos los hombres con los que ha salido son actores, producto de su círculo profesional, pero reconoce que le gustaría tener una pareja fuera de esa profesión para explorar relaciones menos mediadas por la imagen pública.
Expósito afirmó que “la comunicación es fundamental y vital en el sexo” y que durante sus trabajos, especialmente después de Élite, ha decidido no volver a hacer escenas íntimas que no sean necesarias, en parte por cómo se sexualiza a las mujeres en ciertos contextos.
Sobre lo que le atrae y lo que la incomoda: mencionó que notaba “muy fácil cuándo un tío se ha educado con el porno y cuándo no le ha calado tanto”. Para ella, el problema no es el porno en sí, sino que muchas veces enseña un ritmo frenético, centrado en el placer masculino, sin detenerse a sentir la conexión o los fluidos del cuerpo, lo que a ella le gusta experimentar más despacio, con presencia corporal real.
¿Qué papel juega la privacidad, la fama y la presión en sus relaciones?
Expósito sostuvo que si una pareja no puede mantener la confidencialidad, si no respeta los límites íntimos y no se genera confianza, pierde su interés en un vínculo sexual profundo con esa persona.
Ella considera que la fama implica exposición y presión, lo que puede llevar a que los famosos realmente tengan menos relaciones íntimas satisfactorias, o al menos más mostradas que vividas.
Además, confesó que antes de tener mayor reconocimiento social, se obsesionaba más con cómo se verían las relaciones, si ─por ejemplo─ terminaría siendo juzgada, si contaría sus parejas, o si tendría escrúpulos. Esa presión interna, la autoexigencia, la ansiedad, la necesidad de privacidad, forman parte de lo que ella ha ido gestionando para priorizar su bienestar emocional