El fallecimiento del actor Matthew Perry, recordado por su papel en Friends, sigue generando repercusiones judiciales.
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Este 3 de septiembre, Jasveen Sangha, conocida como la “Reina de la Ketamina”, se declaró culpable en el Tribunal de Los Ángeles de haber suministrado las drogas que provocaron la muerte del actor en octubre de 2023.
La confesión ante la familia de Perry
Durante la audiencia, estuvieron presentes Suzanne Perry, madre del actor, y su padrastro Keith Morrison.
La declaración de Sangha se centró en varios cargos: mantenimiento de un establecimiento de drogas, tres delitos por distribución de ketamina y uno más por distribución que resultó en muerte o lesiones graves.
La sentencia quedó fijada para el 10 de diciembre de este año.
Cómo se desarrolló el caso
Según la fiscalía, Sangha entregó los viales de ketamina a Erik Fleming, quien actuó como intermediario y los transfirió a Kenneth Iwamasa, asistente residente de Perry.
El 28 de octubre de 2023, Iwamasa inyectó al actor al menos tres dosis que derivaron en su fallecimiento.
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Tras conocerse la muerte, la acusada intentó cubrir sus huellas.
De acuerdo con los investigadores, usó la aplicación Signal para pedir a Fleming que borrara las conversaciones sobre la distribución de drogas.
¿Quién es la “Reina de la Ketamina”?
Jasveen Sangha es una británico-estadounidense que creció en Essex, Inglaterra, dentro de una familia acomodada.
Estudió en California, obtuvo un MBA en Londres y antes de su arresto en 2024 se presentaba como curadora de arte y eventos, mostrando en redes sociales una vida rodeada de celebridades como Charlie Sheen y DJ Khaled.
La investigación reveló que operaba una casa en North Hollywood, conocida como Sangha’s Stash House, donde almacenaba y distribuía drogas como ketamina, metanfetaminas y cocaína.
Las consecuencias legales
Sangha es la última de los cinco acusados en declararse culpable, evitando así un juicio completo.
El Departamento de Justicia sostiene que ella entregó al menos 50 viales de ketamina a Fleming, luego distribuidos a Iwamasa, quien admitió haber inyectado repetidamente al actor.
Tanto Fleming como Iwamasa también se declararon culpables y podrían enfrentar entre 15 y 25 años de prisión federal.
En el caso de Sangha, la pena máxima que enfrenta es de 65 años de cárcel.
Con esta declaración, el caso Perry se acerca a su desenlace judicial, cerrando un capítulo doloroso para Hollywood y para los seguidores del actor.