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“Todo lo que podía pasar, pasó”: El doloroso testimonio de Úrsula Strenge por la salud de su hija

La actriz ecuatoriana Úrsula Strenge reveló detalles del drama de salud de su hija Camila.

Úrsula Strenge y su hija Camila
Úrsula Strenge y su hija Camila

La actriz y presentadora Úrsula Strenge compartió, en una conmovedora entrevista con “En Contacto”, el difícil proceso que ha vivido desde noviembre de 2024, cuando su hija Camila enfrentó una crisis de salud que cambió para siempre la vida de su familia.

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“Noviembre del 2024 fue un mes que nos cambió la vida a toda la familia”, confesó Strenge, visiblemente conmovida. Su hija, antes de un viaje, había reportado sensaciones extrañas en los pies, pero los chequeos médicos no arrojaron nada anormal. Camila empezó con fuertes dolores de cabeza, que al principio fueron diagnosticados como una contractura.

Úrsula Strenge y su hija Camila
Úrsula Strenge y su hija Camila

Una cadena de complicaciones médicas

La situación se agravó cuando los exámenes mostraron una cadena de trombos cerebrales. “Parecía una operación delicada, pero no catastrófica”, recordó. Sin embargo, al intentar extraerlos, se activó una respuesta autoinmune que elevó peligrosamente la presión intracraneal de Camila.

“Allí empezó la pesadilla”, cuenta. Siguieron una hemorragia, un infarto cerebral, una craniotomía, una neumonía e infecciones al sistema nervioso central. Camila rechazó una prótesis, y cada posible complicación, aunque mínima, se hizo realidad. “Nos decían: hay un 2% de posibilidad... y eso pasaba”.

A pesar de todo, su hija sigue aferrada a la vida. “Camila sigue ahí, conectada, aferrada. Obviamente se frustra, se entristece, pero yo conozco a mi hija”.

Strenge compartió que su fe ha sido clave para sobrellevar esta etapa. “Le pedía a Dios que la salve, que la sane... pero entendí que no era en mis tiempos ni a mi manera. Había un propósito más grande”.

Con voz firme pero emocionada, dijo: “Si yo la adoro con mi vida, imagínate cómo la ama Él. Te la entrego, cumple tu propósito aunque yo me parta en mil pedazos”.

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En medio del dolor, Úrsula ha encontrado una forma de transformar la espera en esperanza: “Estoy en una maestría de vida. He aprendido a hacer un uso diferente del tiempo, a fortalecer la paciencia... pero una paciencia que es esperanza frente a la espera”.

Una historia de fe, dolor y amor incondicional, contada con la voz de una madre que, pese a la tormenta, elige creer.

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