Los hijos de Shakira y Piqué no la han tenido fácil desde su separación.
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Y es que Milan y Sasha han demostrado ahora más que nunca que son dos niños con una fortaleza innegable, sobre todo, porque tras encontrarse en medio de la contienda legal y emocional entre sus padres, se han sabido manejar entre las dos aguas, pero aún así no se han podido blindar ante la inminente persecución de los paparazzis y todo aquel curioso que busca indagar sobre sus vidas hasta el punto de atacarlos duramente.
Por eso, no es de extrañar que una de las razones por las que la colombiana también optó por “huir” de Barcelona, es porque sus pequeños ya no eran respetados hasta el punto de que los acosaban hasta en el frente de su antiguo hogar.
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Los hijos de Shakira y Piqué siguen siendo afectados tras su separación
Pero con la mudanza a Miami se esperaba que los hijos de Shakira y Piqué se encontraran con un ambiente mucho más tranquilo y en el que podrían retomar una vida lejos de la polémica, pero la realidad es que no ha sido así, pues hasta en su nueva escuela están viviendo los más terribles días de su vida.
Recientemente se conoció que Milan y Sasha han vivido días calificados de “terror”, pues ante su notable exposición en el reciente video de ‘Acróstico’, no hay quien no los haya reprochado porque están en contra de las canciones o el material que suele promocionar su famosa mamá en la que ataca a quienes muchas veces la han herido.
Pero, más allá de eso, también han tenido que debatir o convencer a la cantante de que su padre pueda estar a su lado en el final del año escolar en el que suelen hacer presentaciones para sus familias.
Por si fuera poco, los pequeños reciben casi a diario la opinión de sus amiguitos sobre la situación de sus padres que resulta poco cotidiana a las del resto, por eso más que el Bullying, ellos están expuestos a las constantes opiniones, rechazos de quienes estén en contra de su mamá o de su papá y eso es algo con lo que han tenido que lidiar hasta con psicólogos.
Sobre todo, porque cuando comparten con el deportista, éste los ignora y no está atentos a sus pasos o cuidados, pues suele ser muy descuidado y es algo que ellos también sienten como desprecio.