“Ellas hablan” llega a los cines en marzo, como una fotografía que se remonta a la vida sombría, nostálgica que tienen las mujeres en comunidades como las AMISH, donde después de sufrir abusos constantes, violaciones que quedan en la impunidad por la falta de voz que tienen en comunidades de ese tipo, varias de ellas deliberan, debaten y tienen conversaciones muy profundas sobre su futuro y qué les depara si se quedan en la colonia.
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El dolor que las hace repensar su futuro
La historia de “Ellas hablan”, con dos nominaciones en los premios Oscar a mejor película y mejor guion adaptado de la directora y actriz canadiense Sarah Polley, se desenvuelve en la recóndita colonia menonita de Molotschna, donde decenas de mujeres fueron sistemáticamente drogadas y violadas mientras dormían. Despertaban doloridas y sangrando.
La comunidad se empeñaba en mantener que todo era producto de su absurda imaginación, o quizá obra del demonio, que las castigaba por sus pecados. Los violadores, sin embargo, eran hombres de la propia colonia: tíos, hermanos o vecinos que finalmente acabaron en prisión. Sin embargo, en apenas dos días, quedarán libres bajo fianza y regresarán a casa.
Ocho de esas mujeres que padecieron abusos y violaciones están a punto de reunirse en secreto para tomar una decisión que determinará su futuro. ¿Qué deben hacer? ¿Perdonarlos, como pide el obispo Peters? ¿Responder a la violencia con más violencia? ¿O marcharse para siempre, lejos del único mundo que hasta ahora han conocido?
En el punto en el que estas ocho mujeres -ancianas, jóvenes o niñas, todas ellas singulares y genuinas- toman la palabra y comienzan a compartir sus dudas, su ira y sus aspiraciones, arranca esta formidable novela, inspirada en hechos reales que ocurrieron hace tan sólo una década.
Premios
“Ellas hablan” recibió algunas nominaciones en importantes premios y reconocimientos en 2022.
- Premios Oscar: Nominada a mejor película y guion adaptado
- Globos de Oro: Nominada a mejor guion y banda sonora
- Festival de Toronto: 1ª Finalista a mejor película (Premio del Público)
- National Board of Review (NBR): Mejor reparto y Top película del año
- American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
- Critics Choice Awards: Mejor guion adaptado. 6 nominaciones
- Críticos de Chicago: Mejor guion adaptado. 2 nominaciones: Guion y Dirección
- Premios Independent Spirit: Mejor reparto. Nom. a Mejor película, dir. y guion
- Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a mejor guion adaptado
- Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor reparto
- Premios Gotham: Nominada a Mejor guion
- Satellite Awards: 6 nominaciones, incluyendo mejor película drama y dirección
La historia sí fue de la vida real
“Ellas hablan” se basa en una historia de la vida real, ficcionada por la autora Miriam Toews, quien creció en una colonia Menonita de Canadá, de la cual se marchó cuando cumplió 18 años, y fue testigo del patriarcado y misoginia que puede existir en comunidades conservadoras.
“Sentí que tenía la obligación de escribir la esperanza de cambio para las niñas y mujeres menonitas”, dijo Toews. “Espero que el patriarcado menonita y la misoginia inherente al fundamentalismo que predican los menonitas conservadores, eso cambie algún día”.
— Miriam Toews
En cuanto a la historia en sí, (Mujeres que hablan, la novela), tuvo lugar en Bolivia. A partir de 2005, en una comunidad menonita, mujeres y niños fueron drogados y violados, y se les dijo que sus ataques eran fantasmas y demonios. Se despertaban con los mismos signos reveladores de abuso y violencia y algunas mujeres que lograban recordar breves momentos de terror, no tenían fuerzas para gritar o defenderse.
En 2009, dos hombres fueron capturados cuando una mujer se despertó durante una agresión, y finalmente un grupo de nueve hombres- entre los 19 y los 43 años- confesaron los ataques de los últimos cuatro años. Los hombres utilizaban un spray creado por un veterinario de una comunidad menonita vecina que había adaptado un producto químico utilizado para anestesiar a las vacas. Lo rociaban a través de las mosquiteras para drogar a familias enteras y luego se metían dentro para cometer los abusos.
Las 130 víctimas (una estimación baja) tenían edades comprendidas entre los 3 y los 65 años y durante el juicio celebrado en 2011, siete de los ocho acusados fueron declarados culpables.
La película capta los horrores de las agresiones sin apenas mostrarlos en la pantalla.