Dani Alves está atravesando uno de los momentos más complejos de su vida, luego de ser acusado por abuso sexual, situación por la que podría pasar 12 años en prisión.
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Hace algunos días, el exjugador de los Pumas fue arrestado, tras ser señalado por una joven, a la que conoció en un centro nocturno de Barcelona.
El exjugador del Barcelona podría pasar 12 años en prisión
La situación del brasileño no está siendo nada sencilla para sus abogados, ya que la jueza que está llevando el caso, señaló que hay contradicciones en la declaración del carioca.
La chica de 23 años no quiere recibir ningún tipo de indemnización por parte de Alves, pues desea que el futbolista pague por sus actos en prisión.
Incluso, la titular del juzgado de instrucción número 15 de Barcelona, le negó el derecho a fianza, al considerar que el carioca podría escapar de España.
Los abogados de Dani están trabajando a marchas forzadas para conseguir su liberación, argumentando que tiene una residencia en el país, por lo que no buscaría huir.
Un tatuaje de Alves está siendo fundamental en el caso, ya que la afectada describió en su declaración el dibujo que tiene.
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Alves tiene todas las de perder
“En su declaración ante la juez, la víctima explicó que el brasileño tiene tatuaje en el abdomen en forma de media luna, y que fue muy visible durante toda la relación no consentida. Dijo que lo vio en el momento en que el jugador la intentó obligar a hacerle una felación y ella se resistió, todo ello durante los minutos en que la encerró en el lavabo de una sala VIP en una discoteca de Barcelona”, señaló el medio Mundo Deportivo.
El brasileño tiene todas las de perder, pues ha cambiado mucho su declaración. Además, ya aceptó que hubo relaciones sexuales con la afectada, aunque él asegura que fue consensuada, mientras que la acusante señala lo contrario y dijo que fue obligada.
Alves deberá permanecer en prisión preventiva, aunque su equipo de abogados ya está trabajando para que salga y se quede en su residencia de Barcelona, en donde esperaría la sentencia de la jueza, que podría ser de hasta 12 años.
