Con el auge de internet desde ya hace varios años, la forma en que las personas desarrollan su vida social ha cambiado drásticamente, antes lo usual era salir a eventos en los que se conocían amigos y hasta posibles parejas, luego de conversar, conocer un poco de la vida de la otra persona e intercambiar datos era posible que eso pasara de ser un encuentro casual a ir un paso más adelante.
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Actualmente con las redes sociales y las aplicaciones de citas todo esto queda resumido a ver un par de fotos, dar un ‘like’ y esperar si la otra persona responde de la misma manera. Las aplicaciones de citas varias personas las describen como ‘de amores y odios’, porque así como puede que se coincida con alguien interesante con quien no habría otra oportunidad de cruzarse en el camino en el ‘mundo real’. También se reportan muchos casos de estafas, acoso, suplantación, entre otros temas algidos que llevan a que se actúe con precaución al usarla.
Esto deben estar pensando las 100 mujeres que conocieron a Patrick Giblin, un hombre estadounidense que engañó a por lo menos a un centenar de incautas mediante llamadas telefónicas y mensajes a sus celulares, ¿su intención?, enamorarlas para luego estafarlas. El hombre les decía que era hijo de un importante juez y tenía una casa costera en la playa de Atlantic city y que además estaba vinculado a los negocios de casinos, muy populares en esta ciudad norteamericana.
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Con la excusa de pedirles prestado dinero a las mujeres logró llegar a recibir hasta 250.000 dólares durante su época como estafador, luego de recibir el dinero como era de esperarse desaparecía y con él el dinero. El hombre fue localizado por las autoridades, quienes le dieron 66 meses de prisión por fugarse y por sus acciones de estafa. Las autoridades federales indicaron que el hombre habría empezado su camino delictivo a los 30 años, actualmente tiene 58 años, lo que muestra que claramente sabía lo que hacía siendo un verdadero experto.