En la actualidad, Apple es una de las empresas mejor valoradas del mundo, un gigante tecnológico de más de dos billones de dólares. Pero para que la compañía de Cupertino, California, llegara a donde llegó, necesitó que su mesías regresara tras una dramática renuncia. Hablamos de Steve Jobs.
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Cuando Steve Jobs renunció a Apple en 1985, el futuro de la manzana no era tan esperanzador, ni mucho menos se mostraba como exitoso.
En un informe, Slash Gear cuenta que, tras la partida de Jobs, a la compañía se le atribuyó en gran medida la creación del mercado de la autoedición después de combinar la computadora Macintosh junto con la impresora de escritorio LaserWriter y PageMaker, ahora conocido como Adobe Systems.
Sin embargo, las grandes esperanzas de Apple de mantener un margen de beneficio del 5 por ciento se derrumbaron después de la introducción de la alternativa de IBM, cuando las computadoras PC comenzaron a ofrecer una funcionalidad similar a un precio mucho más bajo.
Al verse contra la pared, un movimiento en el mercado marcó el regreso de Jobs, y por tanto, la salvación de Apple.
La salvadora compra de NeXT, Inc.
En 1996, Apple adquirió la compañía de tecnología NeXT, Inc. ¿Adivinen quién era el dueño? El mismísimo Steve Jobs.
Esa transacción llevó a Jobs de regreso a la empresa que cofundó y le permitió asumir el cargo de director ejecutivo interino a finales de 1997. Su misión era hacer de Apple una compañía rentable.
Con Microsoft dominando la cuota de mercado, las decisiones subsiguientes de Jobs ayudaron a Apple a pasar de perder 1.040 millones de dólares en 1997 a obtener una ganancia de 309 millones de dólares un año después. Luego, salvó a la empresa y la posicionó en el mercado.
Entrepreneur cita la biografía de Steve Jobs de Walter Isaacson, en la que cuenta el autor que, después de ser nombrado director ejecutivo interino, el cofundador ordenó a Apple cancelar el 70% de la línea de productos redundantes de la compañía para restaurar solo la venta de computadoras personales.
El plan de Jobs era que Apple produjera cuatro productos en total: dos computadoras de escritorio y dos dispositivos portátiles. En última instancia, la computadora y el dispositivo portátil eran el mismo producto, y uno se comercializaba para profesionales y el otro para consumidores.
Un mes después de su nombramiento y la simplificación de productos, Apple recibió una inyección de flujo de efectivo de $150 millones de su rival, Microsoft, poniendo así fin a la guerra entre los dos gigantes tecnológicos.
Jobs ordenó un seguimiento de gastos... y despidió a los gerentes
Steve Jobs también redujo las múltiples declaraciones de pérdidas y ganancias de Apple y fue quien implementó el seguimiento de todos los gastos en 1997.
En ese momento, cada unidad de negocios de la empresa tenía su propia declaración de pérdidas y ganancias, lo que generaba peleas internas entre las divisiones al tratar de determinar dónde asignar los costos.
Con cada gerente preocupados por sus propias unidades respectivas que muestran ganancias, independientemente de la salud general de la empresa, Jobs hizo el movimiento histórico de eliminar a todos los gerentes, además de crear una declaración de pérdidas y ganancias para toda la empresa.
Apple ofrece en la actualidad los mejores productos del mercado gracias a esa decisión de Steve Jobs, que le permitió a los líderes de la marca concentrarse en lo que es mejor para sus dispositivos, y aún más importante, para los consumidores. Eso materializó ideas revolucionarias como el iPhone y otras tantas que catapultaron a Apple a ser una empresa de dos billones de dólares.