La vida es una sola y hay que disfrutarla a pesar de las adversidades y el paso de los años. Estas abuelas han demostrado que la edad no es una limitante para realizar esas actividades consideradas únicamente para jóvenes.
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Hattie Retroage (85 años) y Josefa Feitosa (61 años) son dos mujeres que decidieron vivir su vida como mejor les parece, sin importarles el qué dirán.
Ellas hicieron uso de las redes para dar a conocer sus historias que inspiran a otras personas a disfrutar la vida con un alma libre de los prejuicios y obligaciones.
Hattie Retroage y Josefa Feitosa las abuelas que dan lecciones de vida
De un lado se encuentra Hattie Retroage una mujer a quien la edad no le ha sido un impedimento para sentirse joven y atractiva, por lo que decidió unirse a Tinder para experimentar y conocer nuevas personas.
Una señora a la que le sobra belleza, carisma y personalidad, para conquistar admiradores por medio de la plataforma.
Ella ha cambiado las reglas del juego y ha dejado atrás la imagen de anciana para mostrarse fuerte y revitalizada con looks realmente seductores y éxoticos.
Hattie es una estadounidense divorciada y exbailarina que intenta darle a su vida nuevas emociones al conocer a nuevas personas.
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Dentro de su historial en la red social maneja un historial de citas más de 50 encuentros.
Además, ella se describe de tal manera que logra cautivar a muchos usuarios.
“Fascinante belleza de avanzada edad busca un estable y joven amante para una vida llena de aventura y pasión”, dice en la descripción de su cuenta de Tinder.
Por el otro lado, se encuentra Josefa Feitosa quien se propuso recorrer el mundo y le dijo no al cuidado de sus nietos.
Feitosa vendió todos sus muebles para destinar sus ahorros a su sueño y sostiene en algunas entrevistas que las abuelas no deben ser las responsables de criar a sus nietos y alega que todos los abuelos también deben tener vida privada.
La mujer comparte en sus redes sociales sus viajes como una ‘influencer’ para inspirar a otras personas a que persigan los sueños que tuvieron que abandonar.
“Podemos buscar en la vejez una vida digna”, explica.