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25 mil agricultores ecuatorianos fueron capacitados en prácticas sostenibles

Yara ha venido trabajando en la creación de herramientas digitales que permitan un seguimiento minucioso del crecimiento de la planta.

Las herramientas digitales son clave para obtener datos en el campo que permitan la planificación y el monitoreo.

En la COP26, las metas ambientales marcan nuevos desafíos tanto para las naciones como las industrias, es así como en el marco de esta conferencia fueron llamadas a enfrentar con acciones el cambio climático.

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La agricultura no es ajena a esta realidad, y también se suma a la búsqueda de métodos para disminuir su huella de carbono. Por lo tanto, el compromiso adquirido por países como Ecuador es crucial para cumplir el objetivo propuesto de limitar el aumento de las temperaturas en 0,2 °C para 2050.

En la búsqueda de acciones para apoyar a los agricultores ecuatorianos en el camino hacia la agricultura sostenible, Yara (Multinacional noruega con más de 15 años en Ecuador) ha venido trabajando en la transferencia de conocimiento para mejorar las prácticas agrícolas en campo, donde el objetivo es que logren hacer uso eficiente de recursos como el suelo, agua y fertilizantes; bajo este modelo la compañía ha logrado capacitar a más de 25.000 agricultores en los últimos 5 años.

Durante estas actividades de transferencia de conocimiento los agricultores aprenden a conocer sus cultivos y las diferentes etapas de desarrollo, los requerimientos nutricionales de las plantas basados en un análisis de suelos y foliares para que puedan proveer las cantidades exactas requeridas de nutrientes para evitar las deficiencias, toxicidades por exceso o afectaciones en el suelo. Adicional, la compañía ha venido trabajando en la creación de herramientas digitales que permitan un seguimiento minucioso del crecimiento de la planta para que puedan tomar decisiones más acertadas sobre los cultivos.

La meta de Yara Ecuador es proveer soluciones nutricionales vegetales que contribuyan a los objetivos ambientales y productivos del país a través de la agricultura sostenible. Tal es el compromiso que Yara se adhirió al Acuerdo de París, esta alienada con los ODS y está ejecutando diferentes iniciativas para reducir aún más su huella de carbono para lograr ser en el 2050 carbono neutro.

Para Jaime Vinces, gerente comercial de Yara Ecuador, es importante que toda la cadena de valor entienda que enfocarse en la sostenibilidad y la constante formación es el futuro. “Para Yara es una prioridad la capacitación continua de los agricultores en temas de sostenibilidad y eficiencia para adaptar los procesos a las nuevas técnicas y tecnologías. La disminución de la huella de carbono es un compromiso de todos. Por eso, una combinación entre las herramientas digitales, mejores prácticas y soluciones nutricionales de última generación, permiten tomar mejores decisiones para asegurar una nutrición de cultivos balanceada, uso eficiente del suelo y el agua, tal como se plantea en la COP26″, sostiene.

Los desafíos no esperan, se estima que para el 2050 la población mundial superará los 9.700 millones de personas, lo que implica que los agricultores deben aumentar la producción en un 50% en la misma extensión de tierra, y entregar alimentos de calidad que cumplan con los requerimientos nutricionales. En Ecuador, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería, 4,3 millones de hectáreas se destinan a la actividad agrícola. La nutrición de cultivos precisamente busca mayor productividad, tal y como ha trazado el Gobierno en sus agendas agrícola y ambiental.

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Sumado a esto en Latinoamérica y el Caribe, más de la mitad de los 576 millones de hectáreas de tierra arable presentan distintos niveles de degradación: cerca del 48 % de los suelos en el Caribe y 18 % en Suramérica se encuentran en zonas con alta o muy alta severidad de degradación del suelo.

En este sentido, los suelos sanos favorecen la productividad agrícola y a su vez los sistemas agroalimentarios que operan bajo principios de sostenibilidad contribuyen a mantener la salud de esos suelos, lo que genera rendimientos agrícolas positivos presentes y futuros.

Otro punto, que se propone hace décadas y que ha sido eje en la COP26 es la inversión en la digitalización de la agricultura para un mejor acceso a los datos disponibles para la toma de decisiones eficientes y acertadas de parte de los productores. Las herramientas digitales son clave para obtener datos en el campo que permitan la planificación y el monitoreo, lo que dará como resultado una producción sostenible, que brinde rentabilidad y a la vez sea amigable con el planeta.

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