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Respeto a los parqueaderos preferenciales para autos eléctricos: un desafío pendiente

Respeto a los parqueaderos preferenciales para autos eléctricos
Respeto a los parqueaderos preferenciales para autos eléctricos (Cortesía)

La movilidad sostenible en Ecuador representa una oportunidad crucial para enfrentar el cambio climático y garantizar un futuro más limpio para las próximas generaciones. Adoptar vehículos eléctricos es una forma concreta de contribuir a la reducción de emisiones contaminantes y mejorar la calidad de vida urbana, alineándose con la Política Nacional de Movilidad Urbana Sostenible del país, que busca disminuir el consumo de combustibles fósiles y promover un transporte más eficiente y menos contaminante.

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Hoy en día, es común ver en redes sociales quejas ciudadanas por la falta de empatía y respeto a los lugares exclusivos y preferenciales de parqueo. Antes era solo por el mal uso para mujeres embarazadas, para adultos mayores, personas con discapacidad, ya ahora es común ver quejas de usuarios de marcas de autos eléctricos que se ven impedidos de usar los puntos de carga porque en esos espacios se ubican autos que no son eléctricos o que no son compatibles por sus características.

Mario López, usuario de un auto eléctrico, quien señala que eligió la marca no solo por las características del vehículo, sino porque le garantiza una red extensa y confiable de puntos de carga en el país, algo que la competencia no le pudo ofrecer. Además nos comenta que: “en varias ocasiones he encontrado conductores abusivos que, conociendo que no pueden cargar y que los puntos de carga no están transmitiendo energía por restricciones o incompatibilidad, simulan estar cargando solo para ocupar el espacio”.Esto demuestra una total falta de empatía y respeto hacia los demás usuarios de vehículos eléctricos de otras marcas que sí pueden cargar”, puntualiza.

Mario reitera y lamenta que usuarios de otras marcas no cuentan con esta infraestructura de carga y, a pesar de no poder usar los cargadores por incompatibilidad de conectores y falta de aplicaciones o permisos, ocupan los espacios preferenciales destinados a los autos de su marca, generando incomodidad y evidenciando la necesidad de fortalecer el entendimiento sobre la importancia de la movilidad sostenible.

Existen otros usuarios de vehículos eléctricos que se sienten engañados porque el personal de ciertas marcas, al momento de la compra, les aseguró que podrían cargar su vehículo en cualquier punto o espacio, sin importar la marca. Sin embargo, no les advirtieron que esto no es posible debido a restricciones en las aplicaciones y tipos de cargadores.

Estos problemas se suman a la falta de conciencia general de la ciudadanía sobre la importancia del respeto a los espacios de uso exclusivo, como los asignados en lugares públicos y privados a personas con discapacidad, mujeres embarazadas, adultos mayores y ahora en este caso de marcas de autos que hoy trabajan y hacen grandes inversiones con miras a la electromovilidad.

En este contexto, queda claro que las marcas automotrices hacen importantes inversiones de cientos de miles de dólares en infraestructura, instalando puntos de carga estratégicamente ubicadas en universidades, centros comerciales, restaurantes y aeropuertos, entre otros lugares clave a lo largo del Ecuador, con el objetivo de ofrecer a sus clientes espacios preferenciales y gratuitos para la recarga de sus vehículos, incentivando así la adopción de la electromovilidad.

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Tener un auto eléctrico es un compromiso con el medio ambiente y un aporte real para mitigar el cambio climático. Cuando un vehículo a combustión o un usuario de auto eléctrico utiliza o bloquea el espacio preferencial que tienen ciertas marcas para sus clientes, no solo impiden el uso eficiente del punto de carga, sino se va en contra de quienes están haciendo el esfuerzo por transitar hacia una movilidad más limpia y responsable en favor del planeta.

Las marcas que apuestan por la electromovilidad no solo invierten millones de dólares para darles un mejor servicio a sus clientes a través de la generación de la infraestructura de puntos de carga, sino también subsidian la electricidad que estos usan, para generar ahorro y beneficio a quienes prefieren la movilidad con energía limpia. Ciertas empresas automotrices, solo se enfocan en vender vehículos eléctricos y no en la construcción de un ecosistema necesario para sus clientes, lo que genera un malestar en sus usuarios y una competencia desigual frente a las marcas que si invierten en dar un valor agregado en el servicio a sus clientes.

La electromovilidad debe ser vista como la oportunidad para tener un planeta más verde y dejar un futuro mejor para nuestros hijos. Solo con esta visión compartida y un compromiso real con la sostenibilidad, la movilidad eléctrica podrá convertirse en una realidad tangible y masiva en Ecuador.

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