El café es una bebida muy apreciada, por múltiples motivos en todo el mundo, muchos de ellos tienen que ver con el hecho de que contiene cafeína: la droga legal más popular del mundo.
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Y es que el efecto que tiene la cafeína en el cerebro, que nos ayuda a mantenernos alertas, es una de las razones detrás de que el café sea una de las bebidas matutinas preferidas de los seres humanos.
Sabemos bien, que el efecto principal de la cafeína se debe a que bloquea al neurotransmisor adenosina, que está involucrado en la regulación de los ciclos de sueño.
Este efecto que tiene el café en el sistema nervioso central no es el único que se ha estudiado: se sabe que alivia ciertos dolores de cabeza y que incluso puede evitar las muertes prematuras de quienes lo consumen.
Pero ahora debemos añadir un beneficio más: protege contra las enfermedades crónicas que afectan al hígado.
Detox incluido
El hígado es el órgano de mayor tamaño dentro del cuerpo, pesa alrededor de 1500 gramos: así es contribuye con más de un kilogramo de tu peso y también con muchas otras cosas.
Entre las funciones de este órgano que está en la parte superior derecha del abdomen, está la nada despreciable de limpiar la sangre.
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Así es, ninguna “dieta detox” hará nada por ti, si tu hígado no funciona correctamente.
Pero además su funcionamiento es vital en el metabolismo de los lípidos, pues produce la bilis, sustancia que es necesaria para la digestión de las grasas.
Existen muchos tipos de enfermedades hepáticas: algunas relacionadas con nuestros hábitos, como la cirrosis, que puede ser resultado del alcoholismo; otras provocadas por virus como la hepatitis, y algunas hereditarias.
Una tacita de café, para el hígado
Algunas de las enfermedades que sufre el hígado se pueden volver condiciones crónicas: es decir que son condiciones de salud que van progresando con el tiempo lentamente y duran por un tiempo prolongado, a veces durante toda la vida de quien las padece.
La hepatitis B y C, así como la cirrosis -ya sea causada por alcoholismo o no-, son condiciones que se consideran enfermedades crónicas del hígado, y que son bastante comunes.
Ya se tenían indicios de que el consumo de café podría contribuir a bajar la prevalencia de las enfermedades crónicas del hígado, pero no se había analizado si el tipo de café influía: soluble, descafeinado, normal.
Así que un grupo de médicos británicos hizo una investigación en la que buscaron revisar si el consumo de algún tipo de café era más beneficioso que otro.
Para eso analizaron la información contenida en la base de datos biomédica UK Biobank, revisando específicamente los datos de casi 500 mil participantes.
De entre ellos 78% consumían algún tipo de café: ya sea soluble, descafeinado o de grano.
¿Soluble o descafeinado?
El estudio hizo una revisión de las condiciones de salud de los participantes por casi 11 años: durante ese tiempo algunos enfermaron con condiciones crónicas del hígado.
Pero comparados con los que no bebían café, quienes sí lo hacían tuvieron 21% menos riesgo de tener una enfermedad crónica del hígado y además un 49% menos probabilidades de morir por una enfermedad de este tipo.
Los resultados indican que quienes consumen café de grano tienen un mayor beneficio, pero este existe también con el consumo de café soluble e incluso descafeinado.
Los investigadores proponen que entonces este no es un efecto de la cafeína sino de otras sustancias presentes en el café como el kahweol y el cafestol, que aunque están en mayor proporción en el café de grano, siguen estando presentes en el soluble y descafeinado.
Así que si les faltaban razones, aquí tienen una más para disfrutar de una taza de café matutino.