Israel bombardeó esta madrugada objetivos del movimiento islamista Hamás en Gaza, por primera vez en casi un mes y en respuesta al lanzamiento el domingo de más globos incendiarios desde el enclave contra su territorio.
PUBLICIDAD
«Aviones de combate del Ejército atacaron una base militar de Hamás que contenía infraestructura y medios utilizados para actividades terroristas», señaló un portavoz militar.
«Los ataques se realizaron en respuesta a los globos incendiarios disparados hacia territorio israelí», explicó el comunicado castrense.
¿Hubo heridos?
Fuentes de seguridad palestinas en el enclave y testigos presenciales detallaron que los bombardeos tuvieron lugar en las zonas norte y sur de la Franja y que no causaron heridos.
Este incidente llega horas después de que Israel redujera la zona de pesca en Gaza de doce a seis millas náuticas. También en represalia por el lanzamiento de globos, que causaron ayer al menos tres incendios menores en las comunidades israelíes colindantes.
El Ejército israelí decidió hace un mes ampliar la zona de pesca en el enclave costero -donde viven más de dos millones de palestinos- de las 6 a las 12 millas náuticas al mejorar la situación de seguridad en la región, después de los once días de escalada bélica de mayo entre tropas israelíes y las milicias palestinas de Gaza, que dejaron 260 muertos en la Franja y 13 en Israel.
Tanto Hamás, que gobierna de facto en Gaza desde 2007, como la Yihad Islámica Palestina, advirtieron tras el ataque de que un endurecimiento del bloqueo israelí -vigente desde el mismo año- sobre el enclave solo generaría más tensión.
PUBLICIDAD
«Más restricciones israelíes y un mayor asedio a Gaza solo generarán una explosión», dijo Abdulatif al Kanoua, portavoz del movimiento. Instó a Israel a acatar lo acordado en el alto al fuego que puso fin a la escalada bélica de mayo, incluyendo la flexibilización de los pasos fronterizos.
Justo ayer, Hamás denunció que Israel bloqueó el ingreso a Gaza de 25 camiones cargados con combustible procedentes de Catar, con los que se planeaba abastecer la única central eléctrica del enclave.
Por otra parte, Khader Habib, un alto cargo de la Yihad Islámica, advirtió de que no levantar las restricciones vigentes «conduciría a una escalada».