Las operaciones realizadas a través de canales digitales tienen cada vez más acogida, especialmente a partir de la pandemia por el brote del Covid-19, que evidenció las múltiples ventajas de optar por esta alternativa.
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En ese sentido, los usuarios pueden sentir tranquilidad de que las instituciones bancarias vienen desarrollando estas plataformas hace mucho tiempo, lo que implica que el proceso de maduración es avanzando en lo que se refiere a controles y cuidados de seguridad.
Sin embargo, es evidente que las personas deben ser cautelosas y evitar posibles riesgos que pueden surgir de un mal manejo de sus cuentas digitales.
Para Gustavo Urquieta, Jefe de Seguridad y Oficial de Continuidad del Negocio de Banco ProCredit:
<span style="color:#0d6a45" class="has-inline-color"><em>“Se deben evitar acciones como, por ejemplo, seguir enlaces o descargar aplicaciones sugeridas por canales no oficiales. Pero en general, es seguro usar su cuenta digital para actividades como pago de servicios básicos, aportaciones, transferencias nacionales e internacionales, constitución de inversiones, generación de estados y certificados bancarios, requerimiento de tarjetas y tokens, etc.”</em>.</span>
Para evitar que la ciudadanía sea víctima de vulneraciones a su seguridad financiera, el representante de Banco ProCredit detalla a continuación 8 de los errores más comunes en el manejo de una cuenta digital:
- Utilizar una misma contraseña para diferentes cuentas: Uno de los errores más frecuentes que cometen los usuarios es, indudablemente, la reutilización de contraseñas.
- Dejar las claves de acceso almacenadas en un equipo. Otro error común en el manejo de una cuenta digital, afirma Urquieta, es dejar las credenciales de acceso guardadas en un equipo, ya sea el computador o el celular, con lo cual dejan sus cuentas disponibles en caso de acceso no autorizado, exponiendo así toda su información financiera.
- No utilizar un segundo factor de autenticación. Las instituciones bancarias trabajan con diversos métodos de autenticación, pues sirven para verificar que quien hace las transacciones en línea es, efectivamente, el propietario de la cuenta.
- No verificar de manera continua la información consolidada de sus cuentas bancarias. “La verificación constante de esta información le permite al usuario tener un mejor control sobre sus gastos, y al mismo tiempo, a alertar al banco cuando se registra un movimiento inusual o no autorizado en cualquiera de sus cuentas”, recalca el ejecutivo.
- Compartir contraseñas y códigos de validación por medios inseguros. . “En principio, es importante que las personas sepan que ninguna institución bancaria solicita contraseñas por estas vías, por lo que si reciben una solicitud de este tipo, debe ser una alerta de una posible estafa”, explica Urquieta.
- No usar un programa de protección. Los antivirus son elementos que protegen a los dispositivos electrónicos de posibles ataques y códigos maliciosos, en tal sentido hoy es innegable su necesidad para mejorar la protección de los clientes.
- No instalar las actualizaciones de software. En cuanto al navegador a utilizar (Chrome, Firefox, Safari, etc.), desde el punto de vista de seguridad, cualquiera de ellos funciona, siempre y cuando esté actualizado y cuente con una actitud diligente del usuario, garantiza casi en un 100% la seguridad de las transacciones.
- Usar una red Wi-Fi pública para acceder a datos privados. Por ello, debe verificar que los servicios web utilicen servicios de validez extendida (verificaciones exhaustivas sobre la identidad y fiabilidad de las instituciones que las solicitan), por ejemplo, que las direccones web siempre comiencen con “https”, que la barra de navegación siempre se muestre de color verde, y que un candado cerrado aparezca en los extremos de la barra (en función del navegador), al que al hacer clic sobre él, se refleje que la información del certificado de seguridad fue emitido para su banco o institución financiera.