Los sensores que monitorean el reactor que explotó hace 35 años en Chernobyl registraron un aumento en la cantidad neutrones, una muestra de una reacción de fisión en curso. La situación causa alarma y sorpresa en la comunidad científica ya que se evalúa una intervención para evitar un nuevo siniestro.
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El 28 de abril de 1986 ocurrió el accidente nuclear donde fallecieron 50 personas al entrar en contacto con el reactor. Sin embargo, las secuelas ambientales y posteriores datos de las Naciones Unidas se grabaron en los libros de historia; un aproximado de 90 mil personas murieron a causa de la radiación.
Neil Hyatt, químico de materiales nucleares de la Universidad de Sheffield, comentó que la situación se asemeja a brasas en una barbacoa. Es decir, las reacciones de fisión siguen ardiendo nuevamente en masas de combustible de uranio.
Los sensores han rastreado un número creciente de neutrones, la cual fluye desde una habitación inaccesible, informó Anatolli Doroshenko del Instituto de problemas de Seguridad de Plantas de Energía Nuclear.
Por su parte, Maxim Saveliev no descartó la posibilidad de un nuevo accidente. “Hay muchas incertidumbres» apuntó.
¿Cuánto tiempo queda?
Según Saveliev, el recuento de neutrones están aumentando lentamente lo que sugiere que se tiene algunos años para descubrir cómo sofocar la amenaza. De igual manera, cualesquier solución no solo ayudará a Chernobyl, sino a Japón ya que atraviesa una situación similar en Fukushima.
¿Qué pasó?
El núcleo del reactor 4 se derritió en 1986, este se fundió junto con las barras de combustible de uranio, las barras de control de grafito y el recubrimiento de circonio, fusionándose además con la arena vertida en el núcleo, creando así una especie de magma que se conoce como Fuel Containing Material (FCM); en su interior existen 170 toneladas de uranio irradiado.
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Para contener este masa se construyó una sarcófago de hormigón el cual ha dejado pasar con el tiempo el agua de lluvia, un fluido que ralentiza los neutrones y por lo tanto aumenta la posibilidad de colisión con el uranio.
La hipótesis es que con el secado de FCM, las colisiones entre neutrones y átomos de uranio son más fáciles. Si es así, la reacción de fisión también podría acelerarse exponencialmente, liberando energía nuclear de forma incontrolada.