SERTECPET®, industria especializada en diseñar soluciones energéticas a nivel global, cumple 30 años de destacada trayectoria en Ecuador, generando empleo y tecnología patentada en diversos países.
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Eduardo López, CEO de SERTECPET®, recuerda cómo fueron los inicios de esta importante empresa y cómo desde Ecuador se puede aportar al desarrollo económico en la región. Excelencia, ética, compromiso y respeto, son sus valores y carta de presentación.
¿Con qué fin inicia SERTECPET® en el país?
— Nace el 3 de octubre de 1990. Con mi hermano Byron, cuya formación es la de ingeniero mecánico y yo, como administrador de empresas, ya veníamos pensando dos años atrás en la industria petrolera como una oportunidad. Creíamos que hay espacios para crecer y teníamos una oferta de valor que brindar para el país. SERTECPET® es el nombre corto de lo que queríamos englobar en la época, Servicios Técnicos Petroleros, y se ha desarrollado como una marca muy potente.
¿Qué oportunidades identificaron?
—Desde su concepción y nacimiento, SERTECPET® visionó una empresa global, a pesar de que el momento en que iniciamos era complicado, veníamos de una crisis, un terremoto, no había capitales suficientes y el sector no creía en una industria nacional que pueda dar un servicio como el nuestro.
Empezamos ofreciendo actividades complementarias, representando marcas para el sector petrolero, para poco a poco ir capitalizando la empresa e invertir en innovación, plasmando las ideas de mi hermano Byron en herramientas. Se incorporaron varios profesionales de universidades y politécnicas del país, con ello, también fuimos desarrollando tecnología propia y la habilidad de movernos en este entorno de servicios y actividades de la industria.
Durante los cuatro primeros años no tuvimos ingreso alguno, pero desde el 96 empezamos a tener actividad gracias a la empresa privada que confió en nosotros. Además, nos dimos cuenta que nuestros productos y servicios debían ser pensados en lo global, un servicio avalado con certificaciones de calidad, por lo que empezamos a trabajar con la ISO9000 y con otras normas. En la actualidad, nuestro abanico de normas contiene las licencias: ISO 9001, ISO 14001, ISO 37001, OHSAS 18001, API Q1, Q2, API 18LCM, API 5CT, 5L, 7-1, 19AC, ASME, entre otras.
¿Qué dificultades hubo en el proceso?
—En 1996 hubo una fuerte crisis debido a la caída del petróleo, que nos llevó a proponer la venta de nuestra empresa a una compañía alemana. No hubo respuesta inmediata, pero ese tiempo nos sirvió para enfocarnos en la calidad de nuestros servicios y productos, lo que nos permitió abrir mercados en otros países de la región. Siempre con la idea de ofrecer un producto de valor, calidad y pos-servicio, con una relación de ganar- ganar a largo plazo.
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Es así que hoy, luego de 30 años celebramos este caminar, con patentes propias registradas en Ecuador, Estados Unidos, México, Canadá, Colombia, Perú, Rusia, entre otros pasando por auditorias exhaustivas. Esto ha sido motivante, pero ha requerido de gran inversión; pero siempre hemos pensado que nuestro país se merece tener una industria de talla mundial, generadora de empleo, que sea la marca del país en tecnología, en todo el mundo. Por eso, nos hemos medido frente a modelos de gestión, liderazgo, management, lo que nos hizo acreedores del Premio Calidad Total Oro en el 2014; en el 2017 Premio Iberoamericano de la Calidad- Silver. Y en 2020 y pese a la pandemia, decidimos desafiarnos con el Modelo Europeo de Excelencia Empresarial: European Foundation Quality Management (EFQM 2020), recibiendo 6 de 7 estrellas, la más alta que ha recibido una empresa a nivel internacional.
¿Cómo fue su reacción durante el 2020, año de pandemia?
— Para nosotros es importante cuidar a nuestros colaboradores, clientes y todos nuestros públicos de interés, pero no podíamos parar; es más, nunca paramos actividad y pese al confinamiento no nos detuvimos. Gracias a la planeación estratégica, nuestras herramientas digitales y al comité de crisis activado, continuamos operando con normalidad, implementando todos los procedimientos de bioseguridad. Apoyamos fuertemente, a través de campañas informativas, a las comunidades, realizamos donaciones importantes como insumos médicos, raciones alimenticias en zonas rurales, entre otros. Pero lamentablemente y a pesar de que las actividades no se paralizaron, la facturación cayó significativamente, debido a la rotura del oleducto, la caída abismal del precio del crudo y a la disminución de actividad debido a presupuesto del operador (Petroamazonas).
Nuestro plan de contingencia también atendió la parte emocional de nuestros colaboradores y sus familias para afrontar la pandemia, el miedo y la pérdida de seres queridos. Han sido circunstancias muy difíciles, porque hemos tenido que deslindar colaboradores, eso si, respetando el marco legal y contractual en cuanto a liquidaciones. Esto nos llevó a mantener una buena relación con ellos, muchos agradecidos y esperando que haya nuevas oportunidades para retomar las labores.
La crisis nos representó un costo de USD 650 mil, pero cuando tienes credibilidad, logras acuerdos financieros y con proveedores que te permiten continuar. Ha sido un año difícil, pero nos dejó muchas enseñanzas. Hemos reevaluado el enfoque de la compañía y ahora nos encontramos en un proceso de diversificación, estamos analizando el área de energía renovable, así como la minería. También buscamos aliados estratégicos que nos permitan seguir avanzando.
Como país, creo que eso nos hace falta a todos los empresarios: ver cómo volcamos nuestras capacidades para generar más empleo, más estabilidad y crecimiento. Nosotros estamos comprometidos con el país, con sus capacidades, con su gente y sus profesionales.