Si le preguntan a un biólogo les dirá que las mutaciones no son algo “anormal” o raro de esperarse cuando se trata de un virus, sobre todo de uno que ha infectado a tanta gente por el mundo.
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Sin embargo, que eso sea un evento esperado, no quiere decir que no se deba vigilar de cerca, sobre todo en medio de una pandemia que aún no acaba.
Errores de copiado
Las mutaciones son cambios al azar que ocurren en la secuencia de las moléculas que contienen el material genético: en el caso de los coronavirus, SARS-CoV-2, son errores de copiado en el ARN, que forma su genoma viral.
Los virus, para reproducirse, deben entrar a células vivas para usar parte del material genético de ellas y copiarse: por sí solos no pueden hacerlo y esa es una de las razones por las que no los consideramos como seres vivos.
Pero ya seas un virus o un ser vivo en los procesos de copiado del material genético siempre pueden ocurrir pequeños errores que cambian algo de tu genoma.
Esos errores se pueden ir pasando de generación en generación, en el caso de los virus a los que comparten esas mutaciones se dice que son un linaje viral.
Variantes preocupantes
No todas las mutaciones en un virus patógeno como el SARS-CoV-2 ocasionan cambios que deban preocuparnos. Pero algunas sí.
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Se identifica como variantes de preocupación a aquellas que tienen un efecto notable en la salud: ya sea que infecten más, que causen síntomas más graves o incluso que “escapen” a la inmunidad que puedan proporcionar las vacunas.
La forma en que se reconocen estas mutaciones es analizando el material genético de los virus que contagian a las poblaciones: así sabemos que sin importar donde hayan surgido, estas y otras variantes ya circulan por todo el mundo.
El paciente inglés
Entre esas variantes, la B.1.1.7, comenzó a preocupar desde que se descubrió: parecía que era más contagiosa y tal vez causaba síntomas más graves.
Pero ahora ya sabemos con seguridad que es así, tal como muestra un estudio publicado apenas ayer en la revista Science.
Investigadores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres analizaron muestras de 150,000 pacientes británicos y concluyeron que es entre 40-90% más contagiosa que el virus original, tanto en niños como en adultos.
Aunque estos resultados son preocupantes, se ha podido observar que las mutaciones que han acumulado los coronavirus hasta ahora, no son suficientes para que las vacunas pierdan efectividad. Esa tiene que ser una buena noticia.