Los expertos internacionales de la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigan en China el origen del coronavirus visitaron hoy el mercado en el que se detectaron los primeros contagios de la pandemia del COVID-19, en la ciudad central de Wuhan.
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El primer fallecido en esa ciudad fue un hombre que precisamente había estado en el mercado de Huanan, que permanece cerrado casi en su totalidad desde el primer día de 2020.
La parte conocida como «mercado húmedo», que consta de un millar de puestos en los que se vendía carne de diversos animales -desde pescado hasta, según la prensa local, faisanes o serpientes-, lleva desde entonces separada del exterior por unas enormes vallas, aunque la segunda planta del mercado, que consta de una galería con un centenar de ópticas, fue reabierta a mediados del año pasado.
El zoólogo británico Peter Daszak, uno de los miembros del grupo que comparte información sobre las visitas en su cuenta de Twitter, escribió hoy: «Al caminar por el mercado de Huanan, sientes la importancia histórica de este lugar y la compasión por los vendedores y (los miembros de) la comunidad que perdieron su manera de ganarse la vida por la COVID-19».
Peter Ben Embarek, el líder del equipo, había explicado ayer a la prensa estatal china que tienen intención de ver los lugares en los que se produjeron esos contagios, conocer qué animales y productos se vendían y, «posiblemente», hablar con algunos de los tenderos que allí trabajaban durante los primeros días de la pandemia.
Esta mañana, antes de desplazarse al mercado de Huanan, los emisarios de la OMS visitaron instalaciones de cadena de frío en un mercado mayorista de la ciudad.
El diario oficial Global Times aprovechó estas visitas para insistir en una de las narrativas impulsadas por las autoridades y los medios del país, la de que el brote inicial de Wuhan se pudo deber a que en Huanan se vendieron productos congelados importados de otros países que estaban infectados con el virus.
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«Aunque es demasiado pronto para sacar conclusiones, (…) no se puede descartar», apuntaba hoy ese rotativo.
De hecho, las autoridades chinas culpan a los congelados importados del extranjero y a las personas venidas de otros países de los últimos rebrotes vividos en el país, que provocaron que la cifra de casos a lo largo de todo enero fuese el registro mensual más alto desde marzo de 2020.
En sus dos primeras jornadas de pesquisas sobre el terreno, los expertos de la OMS visitaron dos de los hospitales que trataron a los primeros pacientes de COVID-19 de Wuhan durante los primeros compases de la pandemia.
Según la institución, los investigadores también entrarán en laboratorios como el Instituto de Virología de Wuhan, del que algunas voces -entre ellas, la ya finalizada Administración Trump en Estados Unidos- sospechan que podría estar detrás del brote inicial de la COVID-19.
Por el momento, la OMS se limita a apuntar que «todas las hipótesis están sobre la mesa» a la hora de determinar el origen del virus, y reclama «el apoyo, el acceso y los datos que necesiten» sus enviados para llevar a cabo las investigaciones pertinentes.
De acuerdo con EFE