La clínica clandestina clausurada en Quito, ayer, en la que donde supuestamente se suministraban vacunas falsas contra el COVID-19 funcionaba con licencia de spa. Así lo detalló el Municipio Capitalino.
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Ante una denuncia ciudadana, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) clausuró el establecimiento que funcionaba como clínica clandestina debido a que su licencia de funcionamiento estaba caducada y correspondía a un spa.
«Se evidenció que el establecimiento operaba en condiciones insalubres y poco aptas para el tratamiento de personas con alguna enfermedad», reza la publicación.
Al ser este un establecimiento de categoría II está expuesto a una sanción de 5 a 8 remuneraciones básicas unificadas, además, de las acciones legales por parte de las autoridades nacionales competentes.
La AMC iniciará el proceso sancionador a los propietarios de esta clínica que, además de poner en peligro la vida de los pacientes, generan focos de contagio masivo.
César Díaz, secretario general de Seguridad y Gobernabilidad, explicó que en el establecimiento se ofrecía una supuesta vacuna que, a través de tres dosis, conseguiría una inmunidad total contra el COVID-19 en el paciente que la recibiera.
Añadió que cuentan con evidencia (videos) en la que personal de este establecimiento asegura haber suministrado cerca de 70 mil dosis con un costo de $15 cada una. Por ello, fue enfático al asegurar “a todas las personas que estén jugando con el estado emocional de los ciudadanos, caotizando el sistema de salud y engañando, seguiremos actuando con firmeza y exigiremos las más rigurosas sanciones”.