Como «ecuatorianísimo» se describe Gerson Almeida, candidato presidencial por el Movimiento Ecuatoriano Unido, Lista 4.
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De padre portovejense y madre ambateña, nació en Brasil debido a funciones laborales de su padre. Ha vivido en Londres y también en Venezuela. A su regreso al país, realizó sus estudios universitarios en derecho, economía y teología. Actualmente es pastor evangélico, lo que, a su parecer, lo ha ayudado a conocer de forma profunda lo que es el fenómeno social y político de Ecuador, además de su ejercicio como abogado de empresas y de trabajadores.
Indica que anterior a su actual candidatura ha rechazado varias propuestas políticas. Ha preferido el trabajo social, con personas vulnerables, con adicciones, víctimas de maltrato, entre otros.
¿Cómo describe su candidatura y la de su binomio?
Tengo como convicción a la ética, la vida y la familia. De ahí que conozco a Martha Villafuerte, guayaquileña, empresaria, católica y activista provida, con quien compartimos esta visión. Hace un año estuvimos defendiendo nuestra postura en defensa de la vida en la Asamblea Nacional, y a partir de ello, desarrollamos el pragmatismo ético como la única vía para el desarrollo de nuestro país, apartado de izquierda y derecha.
De su plan de Gobierno, ¿qué aspectos se cumplirán de forma inmediata en caso de ser proclamado como Presidente?
Dictaremos un decreto de activación económica porque no se puede hablar aún de reactivación. Lo que haremos es conectar todos los factores de la producción porque teniendo cacao, petróleo, banano, flores, minerales, fuentes hídricas, turismo, aún no somos ricos como país. Ahí está el trabajo. Estamos sentados en una mina de oro pero el Ecuador está mal administrado.
El pequeño y mediano productor con tierra fértil, innovación y herramientas adecuadas, va a incrementar su producción, pero no cuenta con carreteras vecinales para comercializar sus productos y es ahí donde los intermediarios se aprovechan de esa situación. Esta falta de conectividad impide el desarrollo de las naciones.
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Es por eso que proponemos la activación por medio de la conexión nacional, no solamente por la vía troncal que está en relativo buen estado, sino a través de un medio masivo, efectivo, y que permita la libre circulación de personas y mercadería. Planteamos la creación de un tren intermodal que permita acortar distancias.
En cada provincia habrá showrooms, con alianza público privada o con inversión privada, para garantizar la llegada de USD 7 mil millones de dólares, generando mercado, consumo y empleos, así como el mejoramiento de la calidad de vida.
A ello se añade las carreteras vecinales que acercarán directamente al productor al showroom, donde podrá generar conexiones comerciales y sacar su producción a puerto. Esto es dinamizar la economía con un plan concreto.
¿Cuál es el principal problema del país y qué solución concreta persigue?
El gran problema que tiene el Ecuador, aparte de los ya conocidos como corrupción y falta de empleo, es la desunión. Por ende, se vuelve débil y no puede construir.
Tanto la izquierda como la derecha se han convertido en dogmas que han terminado dividiendo a la sociedad. Es por eso que proponemos la unión a través del pragmatismo ético, cuyo fin es unir los pensamientos, subirlos a la virtud política de la renuncia, que nos ayude a establecer normas para una mejor convivencia y trabajar juntos por el bien común. Bajo esta idea, construir políticas de Estado, que no pueden concretarse si seguimos pensando en esos dos extremos.
Si construimos algo independientemente de ideologías, se puede dejar una base para que las nuevas generaciones construyan sobre aquello.
¿Cuál es el enfoque de su campaña electoral y cómo avanza la difusión de su plan?
Somos un binomio que va a generar riqueza, que en la práctica rompe el esquema de obtener recursos en base a préstamos, sino a través de generar desarrollo. Los préstamos, lo único que hacen es endeudarnos y dejarnos hipotecados.
Queremos construir políticas de Estado, generar riqueza a partir del trabajo respetando derechos laborales, ser muy severos con la corrupción que le cuesta al Estado hasta 17 mil millones al año, recursos que podrían ser canalizados para salud, educación, mantenimiento vial, emprendimiento, entrega de fondos, entre otros.
Al generar riqueza, equilibramos los ámbitos de la sociedad. Incluso, la delincuencia se reduce cuando hay oportunidades. Es un mega proyecto de desarrollo en nuestro país.
Un último mensaje para los ciudadanos
Somos un binomio que garantizamos la vida. El pragmatismo ético da soluciones reales, con ideas prácticas para que el Ecuador se levante.
Por eso les invitamos a que voten por nosotros, porque si no aprovechamos esta oportunidad , seguiremos en lo mismo. El Ecuador no está quebrado, solo mal administrado.
¡Actívate Ecuador!