Luis Aguilar de Portoviejo, Manabí, no pierde la fe en que su esposa Leslie Pino se recupere de covid-19 y pueda regresar a casa. Desde el 27 de noviembre de 2020, la esposa de Luis se debate entre la vida y la muerte en el Hospital de Especialidades de Portoviejo. Ella está intubada en terapia intensiva, intentando vencer el coronavirus.
Por más de 50 días, Luis no ha podido ver a Leslie, quien se encuentra en el segundo piso de uno de los edificios de la casa de salud. Pese a que no la ve, se dio cuenta de que su amada está en una habitación cuya ventana da a los patios internos del hospital. En esa área húmeda, fría, se convirtió para Luis en su lugar de oración.
#YoMeCuido | Cada mañana “Luis”, acude hasta el Hospital de Especialidades Portoviejo para orar por su esposa, quien se encuentra ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por COVID-19. pic.twitter.com/gbUDkVkPRj
— Hospital de Especialidades Portoviejo (@HEP_Zona4) January 21, 2021
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Luis llega todos los días a las 08:00 en punto al hospital, se pone de rodillas en dirección a la habitación y con cabeza baja cierra sus ojos y empieza a orar: “El Señor es mi pastor; nada me faltará. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas…”. El manabita repite una y otra vez esta oración entre lágrimas. Luego pide a Dios que le de la sanación a su esposa.
Esta pareja, lleva 8 años juntos y hace más de 52 días que están separados por el COVID, él sigue orando por ella desde afuera,“no pierdo la fe, todos los días a cada rato yo me despierto y me arrodillo para orar por la salud de mi esposa, tenemos muchos sueños por cumplir”. pic.twitter.com/TIPNduXaEH
— Hospital de Especialidades Portoviejo (@HEP_Zona4) January 21, 2021
Su imagen rezando cada mañana se ha convertido en un símbolo de esperanza para los familiares de otros pacientes y visitantes que llegan a esta casa de salud. El hombre permanece el tiempo que sea necesario y ora hasta que haya descargado todos sus pedidos y promesas.
Según relata el medio El Diario, a veces tiene compañía. En ocasiones lo acompaña el pastor de la iglesia cristiana a la que asistían con su esposa. Ambos se arrodillan y oran. Luis está seguro que su esposa puede escucharlo y se mantendrá en la lucha.
Al final en este conmovedor caso, Luis sí ha recibido una buena noticia: Leslie ha mejorado, es un progreso mínimo, pero es un avance. Cuando le dieron esa noticia, no pudo contener sus lágrimas.
“Sé que Dios me va a permitir seguir teniéndola a ella, yo tengo a la mejor esposa del mundo”, dice entre lágrimas el esposo.
Esta pareja lleva 8 años juntos y adoptaron hace unos meses a una perrita de raza French, con el nombre de Taira. El pasado 14 de noviembre de 2020, empezó la pesadilla para ellos. Luis tuvo síntomas de coronavirus y se aisló en otra habitación pero de igual forma su esposa se contagió. Su salud se complicó hasta el punto de tener que internarla en una UCI.