Toneladas de basura arrastradas por el mar desde el río Motagua han inundado las playas de Omoa, norte de Honduras. No es la primera vez que un fenómeno de este tipo azota lugares turísticos, pero en esta oportunidad se ha visto acentuada por la temporada de lluvias.
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Cancillería de Honduras aseguró que ejecuta tareas de limpieza en las playas y bahías afectadas con grandes cantidad de basura provenientes de una vertiente del mar Caribe de su país vecino, Guatemala.
Aunque los gobierno de Honduras y Guatemala trabajan hace años en esta problemática, el seguimiento del tema se ha visto afectado por las restricciones de movilidad. Sumado a ello, la “bio-bardas”, instrumento para impedir el flujo de desechos sólidos, no están en óptimo funcionamiento.
Las bio-bardas, actualmente, han sido superadas en su capacidad por la cantidad de residuos que arrastra el río Motagua debido a las fuertes lluvias. Honduras ha exigido a Guatemala nuevas acciones urgentes, ya que el ecosistema marino se ha visto gravemente afectado.
De acuerdo con Julio Rodríguez, dirigente de la Asociación de Pescadores de Omoa, con la basura están llegando también sargazo, unas algas que se generan en el mar por los residuos orgánicos y que al concentrarse en la costa ponen en peligro el ecosistema, matando la vegetación y la fauna marina.
Antes de llegar a las playas de Honduras, los desechos sólidos recorren 487 kilómetros pasando 14 departamentos y 90 municipios. El mayor problema para la generación de estos desechos es la educación de las comunidades.
De acuerdo a un reciente reportaje de un medio guatemalteco, solo en lo que va del 2020, se han recolectado casi 100 toneladas de basura del río Motagua; lo suficiente para llenar más de cinco campos de fútbol, reseña diario El Tiempo.