El primer epicentro de la pandemia del COVID-19, Wuhan, China reportó que desde el hospital Zhongnan de la Universidad de la ciudad, ingresaron a un paciente que había engordado 100 kilos tras pasar cinco meses en cuarentena en su casa, ya que no salió por temor a contraer la enfermedad.
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El joven solo tiene 26 años de edad, entró en cuarentena desde enero, como toda la ciudad cuando comenzó la propagación del COVID-19. El confinamiento terminó en abril en la ciudad de Wuhan, pero el chico decidió no salir a la calle sino hasta finales de mayo. Su familia indicó que ya sufría de sobrepeso antes del confinamiento.
«Zhou», como fue publicado en medios chinos, trabajaba en un cibercafé, y fue él mismo quien pidió ayuda cuando se dio cuenta que no podía moverse. “No he podido dormir en 48 horas”, agregó. El joven fue llevado en una ambulancia el pasado 1 de junio. Su estado era grave pues no podía ni hablar.
Diez personas tuvieron que cargarlo para bajarlo a la ambulancia. En su llegada a la casa de salud, Zhou fue diagnosticado con insuficiencia cardíaca y una disfunción respiratoria. Recibió atención las 24 horas por durante 9 días hasta que se normalice y pueda ser trasladado a una sala regular.
Los médicos están analizando someterlo a una cirugía de pérdida de peso, aunque todavía es muy riesgoso. El hombre necesita perder 25 kilos para poder realizarle la operación.