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Obra de teatro “Rabia”: una historia más fuerte, más envolvente.

Diez años han pasado del estreno de la película “Rabia”. Su director, Sebastián Cordero, fue elogiado por su producción en Festivales de Toronto, Tokio, Habana (Cuba) y el de Palm Springs (Estados Unidos). Su narrativa, ahora, fue adaptada por Cordero a una obra de teatro que tiene como principal objetivo la integración del público, su inmersión en los espacios en los que se desarrolla y su cercanía con los actores.

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Luego del éxito de la obra en Guayaquil y Quito, con capacidad llena en todas las funciones, Rabia estrenó el pasado 23 de enero del 2020 su tercera temporada, en el Museo Muñoz Mariño en el Barrio San Marcos en Quito. La obra del maestro director y guionista quiteño tendrá funciones hasta el 29 de febrero.

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Si el talento, trayectoria y complejidad de los personajes no te son suficientes; la amabilidad, humildad y charlar con el prestigioso director ecuatoriano serán el plus para que esta obra de teatro te cautive.

Sebastián Cordero y Diego Ulloa (actor de la obra) visitaron Diario Metro Ecuador y hablaron sobre las complejidades, retos, anécdotas y el por qué la gente debe acudir a disfrutar esta adaptación de la cinta “Rabia”.

Retos de obra de teatro “Rabia”

«La obra de por si, como cualquier trabajo que presentas al público, tiene que competir con todo lo que está allá afuera (cine, teatro); y sí, es un reto. La manera para enfrentarlo es entregándole al espectador un material de muchísima calidad, algo excepcional que no se vea todos los días».

La obra “Rabia” tiene un formato de teatro inmersivo. Es meterse a un lugar – en este caso la casa de una familia- y vivir la historia desde muy cerca, incluso a 50 centímetros de las escenas y personajes. «Creo que esta obra funciona muy bien, el público ha respondido de manera óptima», puntualizó Cordero.

Diego Ulloa, actor de la obra, señala que ha sido un gran reto por varias razones: primera vez en hacer teatro y en desempeñarse en un papel que no implique la comedia. “Es una experiencia bastante placentera; desarrollar una trama donde tus compañeros y los asistentes permiten ello. Cada pase es una experiencia nueva, un detalle puede cambiarlo todo”.

Rabia, del cine al teatro

Sebastián Cordero confesó que inicialmente no se le hubiese ocurrido trasladar a este formato. El encontrar un elemento nuevo fue lo que permitió dar este paso; el público, “a través de su presencia permite alimentar lo que está ocurriendo en escena”.

Para aprovechar la experiencia, el director divide a los asistentes en dos grupos. Estos siguen caminos diferentes, pero con aportes similares a la narrativa. Esto persigue el objetivo de crear discusiones y diálogo a posterior de la obra.

“La obra es la misma, pero un grupo va a ver un fragmento de una escena que el otro no. Si no tenemos público presente, no puede sustentarse la producción”.

Diego – conocido por su papel de “Oscarin” (EnchufeTV)-, señala que jugó el azar para llegar a la tercera temporada de la obra teatral “Rabia”. Raúl Teba fue el encargado de recomendar al actor de comedia. Cordero se sintió satisfecho, ya que fue un reto y, a la vez, un disfrute al sacar a una persona de su zona de confort para apreciar sus habilidades.

“Ha sido un aprendizaje, ver que funciona y que no”. Ulloa señala que ha intentado alejarse lo más posible de su papel característico. “Para esta obra quise apartarme de ese estereotipo de chico ingenuo para encarnar a este nuevo personaje”.

Diego Ulloa, actor ecuatoriano en la obra Rabia

Cambios en la obra

El director quiteño de 47 años, acota que en las versiones de Guayaquil y Quito han existido varios cambios. “Al empezar estas nuevas presentaciones en la capital me replantee todo, específicamente alrededor del personaje principal”.

«La casa mismo, donde se desarrolla la obra, determina muchas cosas. En la versión guayaquileña trabajamos en las Peñas, donde es imposible evitar sonidos que delaten lo que está ocurriendo en otro cuarto. Por su parte, en el barrio de San Marcos tenemos una edificación de adobe, lo cual facilita la movilidad y dinámica del público».

Es tanto el nivel de interacción entre público-actores-espacio, que existe una escena, indicó el cineasta ecuatoriano, que se desarrolla en la calle Junín (centro de Quito). “Existe la mezcla de la ficción en un espacio real, es fantástico”.

Comedia o Drama

«Más que hablar de géneros, es la importancia de profundizar en un personaje lo que impulsa a un actor», indica Ulloa. “Todo lo que realizan durante la obra ‘Rabia’ es verdad. El espacio y sus papeles evoca a florecer tus sentimientos. Tienes una oportunidad gigantesca de resaltar”.

¿Existen quejas por la dirección y puesta en escena de la obra?

“Lo difícil de ser actor es que nunca se quejan en tu cara”, comenta entre risas Ulloa. “Si estás mal, nunca lo vas a saber. Simplemente no te llaman”. Diego añade que nunca le han reprochado su trabajo directamente, simplemente no prefieren tocar el tema. “En mi caso, yo no les digo a mis amigos, prefiero no hablar de ello”.

“Para dedicarte a esto -actuación- debes tener la autoestima muy alta. Y también, ‘cachar’ que no lo haces por la reacción del público, lo haces porque te gusta. Una mala actuación no depende del actor, depende, a veces, de la edición o puesta en escena”.

«Siempre por naturaleza la gente es crítica, pero con la obra ha existido una respuesta súper positiva. Eso es algo que hemos visto en ese momento. A diferencia del cine, con el teatro podemos medirlo con las reacciones: aplausos de la gente», enfatiza Cordero

“Siento que me he puesto a pulir mucho. Quiero asegurarme que la obra funcione en varios niveles y los personajes sean complejos”.

Cine o teatro

Sebastián respondió a sus orígenes. “Me quedó con el cine, tanto por sus inicios y proyectos a futuro”. Él espera no tomar esta decisión nunca, “siento que esta apuesta al teatro es la mejor manera de estar practicando todos los días”.

Con qué versión se queda: teatro o cine

Diego admite que vio la cinta hace 10 años, no la ha querido repetir debido a que ello influya a su personaje actual. «Si viste la película, debes ver la obra», argumenta Ulloa.

“La obra no trata de emular a la película, es otro lenguaje”, señala el director ecuatoriano

“Fue una decisión arriesgada, pero te da mucho a la vez. Hoy en día, estamos acostumbrados a medir las cosas por cantidad, pero a veces nos olvidamos de la calidad. El teatro es lo que permite tener esa conexión con el espectador”.

¿Por qué ver Rabia?

«Es una experiencia única. Una historia que lleva a mucha conversación, es algo muy especial. Siempre he creído en la importancia de las historias para los seres humanos-a través de cualquier medio- pero aquí existe una conexión mucho más cercana; lo vuelve singular», argumentó el guionista quiteño.

“A los jóvenes les gusta interactuar mucho con las cosas, lo cual permite tener un papel participante. Siento que “Rabia” te da esa oportunidad de vivirlo, estar cerca de lo que pasa. Lo más bacán es que no están estáticos, puedes moverles por la casa y de esa manera los espectadores están más presentes en la obra”, complementó el actor cuencano de 27 años.

¿Cómo define a Sebastián Cordero está obra de teatro?

«Me define en la búsqueda de contar una historia de manera más fuerte, de manera más envolvente. Siento que es un paso más adelante en el objetivo de capturar al espectador».

Dónde disfrutar de la obra “Rabia”

Fecha: Del 23 de enero al 29 de febrero de 2020

Funciones: de jueves a sábado

Hora: 20:30pm

Entradas: USD 25,00 (USD 18,00 estudiantes)

Lugar: Muñoz Mariño Museo y Galerías, Junín E2-27 y Almeida, Barrio San Marcos/Quito.

Reservaciones:

Teléf: 0994693323

Correo: coordinación@casacinofabiani.com

Diego Ulloa y Sebastián Cordero visitaron Diario Metro Ecuador

 

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