Este jueves 6 de febrero de 2020, más de 130 políticos, artistas y periodistas exigieron la «inmediata» liberación de Julian Assange.
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La petición se la realizó «por razones humanitarias y de cumplimiento de los principios de un Estado de derecho», al tiempo que subrayaron la necesidad de preservar la libertad de prensa.
Berlín, el impulsor de esta iniciativa, el periodista de investigación encubierta Günter Walraff, afirmó que el fundador de WikiLeaks «no puede esperar un juicio en Estados Unidos ni un proceso de extradición en Reino Unido acordes con un Estado de derecho», así lo explicó en una rueda de prenda.
El periodista añadió que está siendo obstaculizado en los preparativos de su defensa y recordó que el relator especial de Naciones Unidas Nils Melzer había confirmado que Assange mostraba signos de haber sido sometido a tortura psicológica.
El exministro de Exteriores alemán Sigmar Gabriel declaró, por su parte, que según sus parámetros Reino Unido y Estados Unidos son Estados de derecho, pero que «por razones políticas» en este caso «aparentemente no hay garantías de un proceso» que respete los principios elementales.
Agregó que no se trata de si Assange incurrió en un delito, sino de que «en las actuales condiciones no puede hacer uso de los derechos elementales de todo acusado», es decir, «no puede preparar físicamente y mentalmente y con ayuda de sus abogados una defensa adecuada» y para ello, dijo, «debe ser puesto en libertad».
Entre los firmantes del llamamiento a la liberación de Assange se encuentran diez exministros, -entre ellos tres de Justicia, subrayó Walraff-, representantes de partidos políticos, escritores como Elfride Jelinek, Eva Menasse y Eugen Ruge, y periodistas, así como cuatro organizaciones.
Con información de EFE