Tras 20 años de dolarización en Ecuador, el debate sobre si fue o no la mejor opción para el país aún no ha sido superado. Cada enero salta la misma interrogante, por lo que Pablo Lucio Paredes, Director del Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito, responde a esta inquietud.
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Tras dos décadas, ¿qué es la dolarización para los ecuatorianos?
Se ha convertido en parte de la vida de los ecuatorianos. Los que nacieron después del 2000 no conocen nada más que no sea dolarización y los mayores, que vivieron gran parte de ese proceso, el 80 a 90 por ciento de ellos piensan que esta modelo económico se ha vuelto importante, seguro y quieren mantenerlo adelante.
Todavía existen voces que hablan sobre “desdolarizar” la economía
Pienso que el 10 o 15 por ciento de la población quiere volver al Sucre, pero no más de ello. La mayoría quiere mantener el dólar.
¿Qué tuvo que ver la crisis bancaria para “dar mala fama” a la dolarización?
He visto como la gente dice: “sí, pero la dolarización empezó muy mal: inició con el congelamiento bancario, con la migración”, y no es así. El congelamiento se dio casi un año antes de la dolarización y fue cuando teníamos el Sucre y atravesábamos una gran crisis económica. La migración empezó a finales del 98 y 99, y por supuesto que hubo dramas humanos con la crisis en esos años.
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Al cabo de 20 años, uno no dimensiona muy bien, pero lo que hizo la dolarización fue poner un alto a la crisis bancaria. Sí sucedió que al inicio, cuando nos dolarizamos a 25 mil sucres, el sueldo básico era de 50 dólares, las jubilaciones estaban entre 5 hasta 20 dólares. Evidentemente en dólares arrancamos a un nivel muy bajo pero en unos cuatro años alcanzamos un nivel razonable. Los dos primeros años de transición fueron difíciles, pero nos dieron la confianza que necesitábamos.
¿Qué cosas positivas y negativas nos trajo este cambio?
Al cabo de 20 años, la gente puede vivir más tranquila porque no tenemos esa inflación de hasta 80% que vivíamos antes. Ahora tenemos inflaciones del 2 o 3% en los últimos años, incluso ahora está negativa. Entonces, la estabilidad es el primer aspecto positivo. El segundo, pese a que no se habla tanto, es la equidad. En sucres, la gente de más dinero compraba dólares y protegía su patrimonio, en cambio, la gente pobre se quedaba en sucres, los cuales se desvalorizaban y se perdían activos y ahorros. Eso era una injusticia, unos ganaban con el dólar y otros perdían con el sucre. Ahora todos, pobres o ricos tienen la misma moneda y están protegidos.
Y un tercer aspecto tiene que ver con que antes, pequeñas o grandes empresas se dedicaban a la especulación financiera. Se despertaban diciendo qué hago con el tipo de cambio, con la tasa de interés o con la inflación. No se preocupaban de la producción. Hoy, la gente se levanta a trabajar sin ese tipo de preocupaciones.
En cambio, el principal aspecto negativo sucede cuando cuando los países vecinos devalúan su moneda, y el Ecuador se convierte en una nación cara frente a ellos. Pero las ventajas le ganan sin lugar a duda a lo negativo, por eso el Ecuador debe seguir dolarizado.
¿Qué podría afectar a la dolarización en el país?
Lo único que le puede hacer daño es emitir una moneda paralela. Con el dinero electrónico del Banco Central del Ecuador, la idea era inyectar dólares que no eran dólares a la economía ecuatoriana. Hubo ese riesgo, pero creo que los ecuatorianos reaccionaron inteligentemente y no dejaron que eso funcione.
¿Qué hacer para fortalecer este modelo en el país?
La economía ecuatoriana que tiene una base sólida gracias al dólar. Hay que procurar una situación fiscal sana, eliminar subsidios malos, mejorar el mercado laboral, una mayor apertura de Ecuador a la competencia, entre otros aspectos, con el fin de fortalecer la economía ecuatoriana dolarizada.
Encima de esa base hay que construir.
Luego de 20 años, ¿aún estamos en esa construcción?
Hay que mirar las cosas con optimismo. Los ecuatorianos hoy viven mejor que hace 20 años. El mundo camina y la gente ha avanzado en su calidad de vida. Lo que pasa es que ese “edificio” que está encima de la dolarización podría ser mucho mejor. El Ecuador tiene el potencial de hacer mucho.
¿Cómo aportar para ello?
Creo que ya debemos superar la discusión de cuál debería ser la moneda del país, eso ya está, se debe pensar que la base del desarrollo es la productividad, es decir, usar mejor los recursos para hacer mejores cosas. Hay que mejorar la producción de bienes y servicios en Ecuador, mejorar la educación, la salud y eliminar la corrupción.
¿La dolarización está segura en el país?
Creo que sí, pero confundimos el modelo monetario con el edificio y cuando hay problemas culpamos a la dolarización y no es así. Ese tipo de temas son parte de los análisis que llevamos a cabo en la Universidad San Francisco de Quito, por lo que este jueves 23 de enero, en el Coliseo de la universidad, llevaremos a cabo un evento por los 20 años de la dolarización en Ecuador, para entenderla mejor. Además, realizamos una publicación sobre la historia monetaria del mundo y del país en 20 etapas, desde cuando el Ecuador tenía la mejor moneda del Pacífico, la concha espondylus, hasta la actualidad.