El Centro Histórico de Quito es cuna de mitos, realidades, arte, talleres e ideas. En este espacio representativo de la cultura local y regional, se alza una variedad de personas que no han dejado de jugar y, a la vez, moldear elementos que tienen una idea de por medio. Este es el caso de Díos Leather Shoes.
PUBLICIDAD
El atelier de Díos está ubicado en calles representativas de la urbe: Manabí y Montúfar. Al transitar por estos espacios encontramos una pequeña vitrina de vidrio de un metro de diámetro, el cual encierra algunos de los ejemplares que posteriormente conoceremos dentro de este taller.
El visitante se fascinará con la casa que aloja a su creador y luego con su taller, donde labora por horas. Edmundo López, nos recibió mientras entona su guitarra. Él nos invita a sentarnos en un sillón que, en primera impresión, nos evoca a platicar, más que a comprar.
Pinturas, libros y decenas de zapatos, cada uno diferente al otro, nos rodea en este espacio acogedor y narrativo. La primera interrogante que nace en sus visitantes, como Edmundo lo manifestó, es el por qué del nombre del taller.
Debido a sus orígenes y profesión de artista visual, los colores, formas y variedad se plasma en su trabajo. Señala que antes había tendencias, pero ahora el pensamiento de ser diferente, no hace más que uniformarnos.
“Estoy trabajando en un taller que ha vuelto a hacer las cosas bien, es un espacio con un concepto anticapitalista”.
«La marca es Díos. La diferencia recae en la tilde, de esta manera se diferencia de la ideología que se ha mantenido por más de 2000 años; la tilde, disfraza el hecho que nosotros culturalmente fuimos aplacados», indica el dueño del establecimiento.
PUBLICIDAD
En la planta de los zapatos, principalmente, lleva su nombre: Díos. Esto representa que la ideología, que se basa en el concepto judeo-cristina, puede ser pisado y mas no alabado.
“Estamos rompiendo una estructura, porque ya no te importa ser aceptado. Lo necesario es sentirte bien contigo mismo. Esa es la idea importante en este lugar, donde la gente que venga a comprar se lleven una prenda, sea para hombre o mujer, lo compren porque le gusta, no por un estereotipo social”.
¿De dónde nace su “hambre” de crear zapatos?
«Vengo de un tiempo, donde los zapatos era uno de los mejores regalos que podía recibir una persona. Además, mi padre, principal motor de estar iniciativa, me remendaba mi ropa, incluido zapatos. En ese tiempo me avergonzaba, pero ahora entiendo el sacrifico e identidad que plantó mi padre, que sirvió para construir ahora este taller anti-concept store».
Al sentarse y conversar con Edmundo, se te olvida el principal objetivo por el cual visitaste este lugar: comprar zapatos. Su elocuencia, además de simpatía y aceptación sobre tu manera de pensar, puntos de vista, y critica permite que la conversa fluya.
No me importa si me compran, la idea es pensar. El hecho de pensar y filosofar es lo relevante para que la gente vuelva a visitar el espacio de Díos Leather Shoes. Él nos revela que el 70% de su tiempo pasa en su taller, tiempo que dedica a leer. Justamente muchos de esos libros sirve de soporte para sus zapatos.
Narra que los zapatos tienen muchas historias en cada una de sus pisadas; que tan cierto, pienso. El creador de Díos Leather Shoes piensa, basado en esta idea, escribir un libro que cuente todas estas anécdotas, historias, vivencias y demás, a través de los zapatos.
¿Qué tiempo lleva elaborar los zapatos?
Las personas que visitan el atelier de Díos, en el mejor de los casos encontraran un par que este a su medida. Pero si no es así, ahí empieza lo fascinante: repensar tu idea. Plantear un nuevo modelo, y diseñártelos a tu medida, lo cual tardará un máximo de cuatro días.
Edmundo López, de 50 años de edad, trabaja con cuero que trae de Italia y Bogotá (Colombia). Tres artesanos ayudan a construir el ‘nudo final’ para plasmar estas obras de arte. Él define su trabajo como un «Arte-Sano».
Pisar firme, feliz con tus zapatos. No es una tienda para pensar en lo cuantitativo. Es un proyecto a largo plazo, y quiere que su marca sean pionera para revolucionar el mercado.
«Acá tengo un zapato que te dura más, es bien pensado, bien hecho. Y tiene un valor». Él señala que, a partir de los tres años, sus zapatos van a costar más, porque su trabajo y calidad irá creciendo. Sueña que su producto gane relevancia internacional, pero que sean cocidos por su elaboración a mano.
«La diferencia entre la realidad y la ficción es una tilde. Aprendan a caminar en la vida sin ficciones, caminemos como humanos: firmes y sin ilusiones en otras vidas».