Stephanie A. fue víctima de agresión sexual hace 21 años, en un gimnasio ubicado al norte de Quito. Ahora, ella decidió contar su historia y aseguró que no fue la única víctima de agresión sexual.
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A través de un video, Stephanie relató que cuando ella tenía 8 años sus sueños de ganar una medalla olímpica cambiaron cuando su agresor., entrenador y dueño del gimnasio comenzó agredirla sexualmente.
La agresión sexual a Stephanie fue cometida desde que ella tenía 8 hasta los 11 años. «La gimnasia me hacía muy feliz (…) Yo era una niña. No sabía lo que estaba pasando (…) guarde silencio», se le oye a la joven en el video.
El relato de Stephanie no es lo único fuerte del video. Las imágenes muestra el momento en que un entrenador topa a Stephanie durante una rutina, frente a otras niñas. Un trato muchos ven como «normal» y nadie hace nada.
El relato de la joven
Rompió el silencio
Después de 21 años, Stephanie pudo pararse ante el gimnasio donde ocurría la agresión, el sitio al que ella llama «el lugar de mis pesadillas». «El gimnasio sigue abierto. Todavía hay niñas bajo el cuidado del agresor», dice la joven.
Ahora, la joven decidió romper el silencio para que ninguna niña sea víctima de su agresor. «No quiero que se repita. No estoy sola. Sé que no soy la única víctima de este señor».
Al finalizar el material, Stephanie hace un llamado a las chicas que les ocurrió lo mismo que a ella y que quieran contar su historia, que se contacten.
Apoyo de Surkuna
Ante la revelación del caso, la organización de abogadas feministas, Surkuna, ha emitido un comunicado en respaldo a Stephanie y a quienes pudieron haber sido víctimas de su agresor.
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«Por más de 30 años, una gran cantidad de niñas han estado expuestas a violencia sexual por parte del entrenador y dueño del gimnasio (…) Varias sobrevivientes de agresión sexual en este lugar se han encontrado, lo que ha permitido reconocer que lo ocurrido no fue un hecho aislado», se lee.
Por tal motivo, Surkuna, las sobrevivientes y sus familiares lanzaron la campaña #SeremosLasÚltimas con el objetivo de encontrar a más víctimas de agresión del entrenador. Además, quieren fortalecer su unión por la causa para emprender acciones legales con el objetivo de conseguir justicia.
«Pedir el cierre del gimnasio y que el violador no vuelva a estar a cargo de niñas (…) En Ecuador, ninguno de los espacios extracurriculares donde asisten a diario los niños está regulado por una institución que vele por su integridad», añade la organización.
También piden que dichos espacios comiencen a ser regulados a finde prevenir la violencia sexual contra niñas. «Que se crea en los testimonios de las niñas (…) Que la sociedad reflexione sobre la violencia sexual».