El próximo 14 y 15 de mayo en Quito se desarrollará el seminario denominado «40 años de Democracia», en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Varios expresidentes y exvicepresidentes han confirmado su asistencia y participación. Sin embargo, Abdalá Bucaram rechazó la invitación explicando que es un «hombre íntegro y decente».
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En su cuenta de Twitter resaltó en varias publicaciones los motivos por los cuales no asistirá a la conferencia.
«No acepté porque soy hombre íntegro y decente que fui calumniado por la gran mayoría de ladrones golpistas que llegaron al poder. Yo no me ensucio para aparentar caballerosidad con sinvergüenzas que han destruido la Patria. ¿Hablar de democracia matando a Roldós y tumbando a Abdalá? escribió.
En otro tuit recalcó que no asistirá a los 40 años de democracia porque los expresidentes y exvicepresidentes que asistirán no se asemejan con su postura y los trachó de ‘golpistas’, refiriéndose a su derrocamiento en 1997.
«No acepté la invitación porque con excepciones como el Dr Gustavo Noboa y Lucio Gutierrez, los demás invitados son golpistas y asesinos. ¿Invitar a Hurtado beneficiario del asesinato de Jaime y Martha? ¿ Alarcón, Rosalía, Mahuad, Borja, golpistas hablando de democracia?», recalcó.
Este 26 de abril se confirmó que el expresidente Jamil Mahuad participará como conferencista en el seminario por los 40 años de retorno a la democracia. Lo que ha generado todo tipo de reacciones en redes sociales. La intervención de Mahuad será vía videoconferencia y será grabada cinco días antes del evento (10 de mayo).
Entre los expresidentes y exvicepresidentes que dictarán ‘conferencias magistrales’ se encuentran: Oswaldo Hurtado, Rodrigo Borja, Fabián Alarcón, Rosalía Arteaga, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio y los exvicepresidentes Alberto Dahik y Blasco Peñaherrera.
Abdalá Jaime Bucaram Ortiz fue fundador del Partido Roldosista Ecuatoriano, presidente del Ecuador durante el período comprendido entre el 10 de agosto de 1996 y 6 de febrero de 1997, el cual finalizó con su destitución por votación en el Congreso (44 votos a favor de 82 posibles) aludiendo «incapacidad mental para gobernar», en medio de manifestaciones populares y acusaciones de golpe de estado.
Estuvo prófugo de la justicia ecuatoriana por 20 años hasta que su causa prescribió.
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