«Prohíbase en la provincia de Galápagos el ingreso, comercio, distribución y uso de fuegos de artificio o pirotécnicos, con excepción de aquellos que producen fenómenos luminosos de forma insonora», dice el primer artículo de la resolución.
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Tan pronto se aprobó la resolución, la presidenta del Consejo de Gobierno de Galápagos, Lorena Tapia, señaló que «mientras hoy el mundo se deja seducir por colores y explosiones en el cielo, en Galápagos tomamos decisiones pensando en la conservación de este hermoso lugar».
Consideró que la resolución, que prohíbe en la provincia de Galápagos el ingreso, comercio, distribución y uso de los mencionados fuegos de artificio o pirotécnicos, «en un regalo para el Ecuador y el mundo».
Una fuente del Consejo de Gobierno de Galápagos dijo a Efe que desplegarán una campaña en cinco idiomas (español, ingles, alemán, francés y japonés) a fin de concienciar a la población sobre la prohibición.
La decisión de hoy busca proteger la salud, tranquilidad, bienestar y seguridad de las Islas Galápagos, tanto a su población como a la biodiversidad, el sano esparcimiento familiar y la protección del medioambiente, según el Consejo.
Tapia, exministra de Ambiente, advirtió desde 2017 que la pirotecnia debía ser prohibida en las islas debido a su potencial impacto sobre la fauna nativa.
Ya en ese año se desplegó una campaña contra el uso de la pirotecnia en las islas y en 2018, se profundizó en la información en los establecimientos educativos de toda la provincia, beneficiando con esta información a 1.226 estudiantes.
Entre las consideraciones con las que se fundamentó la resolución de hoy figuran investigaciones que determinan el daño que causan estos artificios a los ecosistemas marinos, terrestres así como a la salud humana.
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«Ecosistemas tan sensibles como las Islas Galápagos se ven afectados, principalmente su fauna única en el planeta y altamente protegida por el Estado ecuatoriano», según el Consejo de Gobierno de Galápagos.
Detalló que las principales afectaciones a nivel de fauna son generalmente taquicardia y otras enfermedades cardíacas, estrés nervioso, ansiedad, alterando notablemente la etología del individuo y por lo tanto la supervivencia de la especie.
Por otro lado, muchos pirotécnicos contienen componentes químicos que se disuelven en el agua, contaminando ríos, lagos y el agua potable. Los fuegos artificiales liberan una fina nube de humo y partículas, afectando la calidad del aire local.
Otro importante punto considerado fueron las alteraciones nerviosas a las personas con trastorno del espectro autista. Los niños con autismo presentan hipersensibilidad auditiva y los fuertes estruendos causados por la pirotecnia, alteran notablemente su condición.
«Decisiones políticas como esta son necesarias para conservar nuestro patrimonio natural intacto, preservar los ecosistemas y sobre todo construir una cultura de convivencia armónica y sostenible entre el ser humano y la naturaleza», señala el Consejo en un comunicado.
Las islas Galápagos, poseedoras de especies única en el mundo, están situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas.
El archipiélago fue declarado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
EFE