La mayoría de las personas se consideran bebedoras sociales. Esto quiere decir que no beben por su cuenta, sino con amigos, familia, colegas. Sin embargo, este término social cambia mucho su significado de una persona a otra.
PUBLICIDAD
Para una persona, beber de forma social significa tomarse unas cervezas con los amigos una o dos veces por semana. Para otra personas, beber de forma social puede ser beberse cuatro o cinco cervezas en una fiesta de cumpleaños. Para otra gente puede ser tomarse un par de vinos en la hora feliz y emborracharse el fin de semana.
De acuerdo a esto, no se lograría determinar cuándo empieza a ser un problema, o hasta cuándo se considera normal. En todo caso, esto es lo que dicen los expertos.
Bebedor social: definición ambigua
Existe cierto desacuerdo sobre lo que se considera una cantidad «normal» de alcohol, explica el profesor clínico Stephen Strobbe, especialista en adicciones del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). Así pues, lo de «bebedores sociales» quizás sea un término vago de forma intencionada.
0 of 2
Un aspecto fundamental del concepto de bebedor social es conocer los límites propios y mantenerte dentro de esos márgenes. «Beber de forma social no interfiere en tu vida. Es decir, no causa problemas en el trabajo ni con las responsabilidades del hogar, con la familia, con la salud, con las relaciones sociales, ni crea problemas legales o financieros», expone Strobbe.
Sin embargo, añade que es sencillo saltarse ese límite: «En la cultura occidental, podemos decir con seguridad que, si alcanzar un estado de embriaguez es el objetivo o el resultado, significa que nos hemos saltado ese límite».
PUBLICIDAD
Cuando beber de forma social se convierte en un problema
Si bebes de forma social, pero hasta emborracharte, estás en peligro. Debes tener cuidado de no cruzar la línea que lo separa del «consumo excesivo», advierten los expertos. Ese límite son más de cuatro bebidas al día o más de catorce por semana en hombres y tres bebidas al día o más de siete por semana en mujeres, indican.
La Administración de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental (SAMHSA) también considera que emborracharse cinco o más veces al mes es un consumo excesivo de alcohol.
Beber cuando no hay motivos para hacerlo, sentirte culpable por haber bebido o engañar a otras personas son señales de alarma.
Cómo reducir el consumo o buscar ayuda
Si piensas que sufres un problema con la bebida, es aconsejable contactar con un profesional o proponerte tú mismo unos objetivos para ayudarte a reducir el consumo.
Si sufres presión social, es bueno salir con amigos que no beben. También es importante llevar a cabo otros hábitos saludables, recomienda Strobbe. «Lleva la cuenta del número de bebidas que tomas a lo largo del tiempo, ponte límites, pon en práctica tus habilidades para negarte y empieza a practicar otros hábitos sanos, como hacer ejercicio, yoga o meditación», aconseja.
Para mucha gente, estas estrategias serán suficiente para reducir el consumo, pero para otras, no, y en ese momento es cuando tiene que intervenir un profesional.
Poner en marcha los cambios a tiempo puede mantenerte a salvo de enfermedades mortales desencadenadas por el abuso del alcohol.
Siga leyendo:
Relacionado