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Amamantar a un bebé cada vez que llora influye en la epidemia global de obesidad, según estudio

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, de acuerdo con la OMS.

Darle de comer a un bebé cada vez que llora podría tener graves consecuencias para la humanidad, pues podría estar avivando la epidemia de obesidad; asegura un reciente estudio realizado en Estados Unidos.

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Para reducir la cantidad de niños con obesidad, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pennsylvania indagaron qué tanto influye el comportamiento en este problema. Descubrieron que muchas mujeres alimentaban a sus bebés para calmarlos cuando lloraban, incluso cuando ellos no tenían hambre.

41 millones de niños menores de cinco años padecían sobrepeso u obesidad en 2016, OMS.

En la investigación participó un grupo de 140 madres, a las que pidieron utilizar otras técnicas para calmar a sus bebés cuando lloraban, como cambiarles el pañal. Tres años después, se dieron cuenta de que en el grupo de intervención, solo 13.8% de los niños padecían sobrepeso, contrario al 27.6% del grupo de control.

“Una parte de nuestra investigación se basa en la idea de que los alimentos deben usarse para el hambre, no para otros fines como calmar o recompensar a un niño”, explicó Ian Paul, profesor de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pennsylvania. “Los bebés a los que se les da comida para calmarse pueden ser más propensos a usar alimentos para calmar su angustia cuando sean grandes”.

Para conocer más, Metro conversó con Ian Paul, quien recomienda poner atención a las “señales” que los bebés envían a sus padres, con la finalidad de evitar confundir hambre con algún otro motivo de llanto.

P & R

¿Podría explicarnos cuál fue el proceso de la investigación?

– Reclutamos madres primerizas y sus recién nacidos, las dividimos aleatoriamente en dos grupos, el de intervención de crianza receptiva (diseñada para la prevención de la obesidad) y el de control. Realizamos cuatro visitas domiciliarias durante el primer año y visitas anuales al centro de investigación hasta los 3 años de edad, midiendo el índice de masa corporal a los 3 años como el resultado primario.

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¿Qué resultados de los obtenidos fueron aquellos que más sorprendieron al equipo?

– La prevención de la obesidad es difícil en el entorno actual. Nos complació ver que todos los resultados relacionados con el peso a los 3 años favorecieron al grupo de intervención de crianza receptiva en términos de Índice de Masa Corporal medio, porcentaje de sobrepeso y porcentaje de obesidad.

La investigación se ha destacado en todo el mundo. ¿Qué reacciones o comentarios has recibido al respecto?

– Creo que el editorial de los editores de JAMA (revista de la Asociación Médica Estadounidense) enfatizando un «rayo de esperanza» en la lucha mundial contra la obesidad ha sido el comentario más gratificante que hemos recibido.

 ¿Cuáles serían los siguientes pasos en su investigación?

– Debemos seguir los resultados a largo plazo. También debemos evaluar nuestra intervención en entornos de mayor riesgo y encontrar formas de escalar para llegar a una población más grande.

¿Cuál sería el consejo para los padres que ahora tiene o están por tener bebés?

– En primer lugar, preste mucha atención a las señales que le envía su bebé, sintonícese con lo que están comunicando. La paciencia y la persistencia en este sentido pueden ser útiles y gratificantes.

 

 

Además, recuerde que la comida es para el hambre, no para calmar la irritabilidad o la recompensa por el buen comportamiento.

Cuando estos bebés crezcan, ¿pueden cambiar sus hábitos alimenticios fácilmente?

– La infancia es un período en el que los padres pueden moldear los

comportamientos a largo plazo. A medida que los niños crecen, se vuelve progresivamente más difícil cambiar el comportamiento.

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