Debate ha generado la sentencia de la Corte Constitucional-emitida el 13 de julio- la cual establece que los adolescentes (12 y 18 años) pueden «decidir sobre su vida sexual». Al respecto, expertos en la materia han manifestado su opinión a favor y en contra.»Quieren convertir al Estado en tutor de nuestros hijos y eso no podemos permitir».
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Este es el criterio de Salim Zaidán, catedrático universitario en derecho constitucional y derechos humanos. Según él, la regla jurisprudencial de la Corte Constitucional es «cuestionable». El experto se refiere a “la autoridad tuitiva de los padres”.
Según la sentencia, esta cesa cuando «el ejercicio de la obligación de cuidado se vulnera el derecho de los adolescentes a la información, a la educación y a la salud sexual y reproductiva».
«No se trata de que el Estado nos va a decir cómo criar a nuestros hijos. Los padres somos los que ejercemos la patria potestad. Tenemos el deber de proporcionarles educación. La primera formación que reciben nuestros hijos es en el hogar»
Asimismo, la sentencia se refiere a un «salvador externo» como el Estado. Sobre ello, el experto señala que se trata de «justificar que el Estado se entrometa en la vida familiar. Esto es muy grave que puede afectar el interés de nuestros hijos».
¿Trae consecuencias? De acuerdo con Zaidán, que los adolescentes decidan sobre su vida sexual traería consigo consecuencias. «Tendría grave afectación en varios delitos: abuso sexual. En caso de que exista consentimiento de una menor de edad, se podriía decir que esta tomando sus propias decisiones».
Un avance para otros sectores
De su lado, el sociólogo activista de derechos humanos y estudiante investigador universitario, Sebastián Salazar Nicholls opina lo contrario a quienes rechazan la sentencia. «Esto es un gran avance lo que ha hecho la Corte Constitucional. Por ejemplo reconoce los derechos de tener una sexualidad libre e informada».
Para él, la sentencia de la Corte no significa que los padres se desentiendan de la orientación de sus hijos. «Más bien los jóvenes pueden decidir informarse sobre su sexualidad». Resalta el sociólogo que este «avance» es importante para afrontar las campañas de salud sexual y reproductiva en instituciones educativas.
Salazar destaca también que la sentencia podría ayudar a generar conciencia en los adolescentes. «La sociedad tiene tabúes sobre la sexualidad y es momento de tratar estos temas». En este sentido, destacó la reciente política intersectorial para prevenir y reducir el número de embarazos en adolescentes en el país. Esta fue presentada recientemente por el Ministerio de Salud Pública.
Se necesita madurez
Por su lado, Ana Lucía Carrión, psicóloga clínica y especialista en terapia para adolescentes, advierte que los 12 años es una edad es muy temprana para que los chicos aborden un tema tan central en la vida de ellos.
«Esa edad es muy prematura para que ellos puedan decidir sobre su sexualidad. No es aconsejable que un adolescente de 12 años diga que tiene una preferencial sexual definida porque todavía se está desarrollando su personalidad. Esta se construye hasta los 18 años».
Añade la psicóloga que la elección de los adolescentes sobre su sexualidad no es tan favorable porque esto les puede generar «confusión». «Si a un adolescente le apoyan que él desee estar con alguien de su mismo sexo, no es conveniente. Ni por salud mental, ni social».
«Se debe reforzar en los colegios e instituciones las charlas sobre la sexualidad. También se debe hablar en la familia sobre la aceptación y abordar el ámbito social donde se desenvuelven los jóvenes», dijo.
Carrión insistió en que los adolescentes deben tener una edad madura para que decidan sobre su vida y preferencias sexuales. «Esto hará que ningún comentario sobre su sexualidad les afecte. Además se evitan aislamientos con la intención de ocular su preferencia sexual».
CIFRAS
De su lado, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Ecuador (INEC) señaló que en 2016, tres de cada 1.000 nacidos vivos fueron de madres adolescentes de 10 a 14 años.
Según esta encuesta, 9 de cada 10 adolescentes en ese rango de edad tuvieron su primera relación sexual con personas mayores a ellas y 8 de cada 100 se embarazaron de hombres de 30 años o más.
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