Los ánimos de América Latina se vieron sacudidos desde que se confirmó la muerte de tres periodistas ecuatorianos secuestrados por disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los periodistas ecuatorianos secuestrados fueron asesinados en el lado colombiano de la frontera y sus cuerpos siguen ahí, según confirmaron el domingo ambos gobiernos.
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Los asesinatos se produjeron en una frontera donde por décadas las ya disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ejercieron dominio a falta de Estados fuertes. Y ahora son 12 grupos los que se disputan el control de los narcocultivos en Tumaco.
La zona conecta al municipio colombiano de Tumaco, que con 200.000 habitantes está considerado el territorio con mayor concentración de narcocultivos del mundo, y el cantón ecuatoriano de San Lorenzo, de 58.000 habitantes.
Su asesinato conmocionó a Ecuador, un país que hasta hace pocos meses no había sufrido en su propia carne la violencia derivada del narcotráfico en Colombia. Y motivó la condena de la comunidad internacional.
Walter Patricio Arizala Vernaza, “el Guacho”, es hoy el delincuente más buscado por las fuerzas de Ecuador y Colombia, luego de la confirmación oficial de que la fracción a su mando, “Frente Oliver Sinisterra”, fue el que asesinó a los tres periodistas ecuatorianos. Este Frente, no son el grupo disidente de la ex guerrilla de las FARC más numeroso, ni el de mayor poderío territorial o militar, pero sí el que tiene mayor acceso a los recursos que genera el narcotráfico y está compuesto en su mayoría por guerrilleros que no quisieron someterse al proceso de paz ni dejar las armas.
En este territorio difuso entre Colombia y Ecuador, “Guacho” y su gente disputa el control de los cultivos de coca, los laboratorios y las rutas de envíos a otros carteles. De hecho, el Frente Oliver Sinisterra deriva sus millonarios ingresos de la producción y exportación de cocaína hacia Estados Unidos y Centroamérica por medio de la frontera de Ecuador y teniendo como aliado al Cartel de Sinaloa.Para marcar su territorio ya realizó al menos cinco ataques con explosivos en territorio ecuatoriano, incluido un coche bomba. En Tumaco, su centro de producción y distribución, se enfrentó a otra agrupación dedicada a la venta de drogas y mató a ocho personas.
El mundo real tiene cientos de fronteras nacionales, muchas de ellas controvertidas y algunas incluso letales. Muchas de las regiones fronterizas de Latinoamérica han sido históricamente desatendidas por el Estado y son propensas a todo tipo de actividades relacionadas con el crimen organizado, desde pandillas criminales que abusan de los inmigrantes hasta el tráfico de drogas y el contrabando. Destacamos las cinco principales, según un ranking de InSight Crime.
- 1.Colombia – Venezuela:los comandos paramilitares de Colombia se han adueñado de esta frontera. Conocidos como Bacrim (acrónimo de “bandas criminales”), están involucrados en secuestros, extorsión y narcotráfico. De hecho, está considerada una de las fronteras más peligrosas del mundo. El grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) también mantenía al menos tres divisiones en el lado venezolano de la frontera. Estados como Táchira, Apure y Zulia son ejes para las operaciones de narcotráfico transfronterizo de las FARC, dado que el grupo guerrillero se expone a menos presión por parte de las fuerzas de seguridad venezolanas. La segunda guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), supuestamente también ha llevado a cabo secuestros en departamentos fronterizos colombianos como Arauca y Norte de Santander.
- 2.Estados Unidos – México: los estados del norte mexicano han sido históricamente el centro de cruentas batallas entre grupos criminales del narcotráfico. Durante los últimos años, la violencia ha disminuido, sobre todo porque el Cártel de Sinaloa ha logrado un predominio duradero.
- 3.México – Guatemala: el cártel de Los Zetas ha sembrado de violencia la frontera sur de México, lindante con Guatemala, desde 2007. Si bien su influencia ha mermado significativamente en el transcurso de los últimos años, nuevos grupos narcotraficantes están tomando la posta. No obstante, la violencia del narcotráfico en el departamento norteño de Petén, Guatemala, indica que otros grupos narcotraficantes están dispuestos a continuar con la brutalidad que generalmente ha sido asociada a Los Zetas.
- 4.Paraguay – Brasil: este paso fronterizo registra uno de los niveles de asesinato más elevados de toda la región, alcanzando la gravedad de los países más violentos de Latinoamérica, como Honduras y El Salvador. El factor de mayor incidencia es el narcotráfico, especialmente de marihuana. La abundante actividad de narcotráfico al oriente de Paraguay es probablemente un factor que contribuye a esta violencia. Amambay es una de las regiones principales para el cultivo de marihuana en Paraguay, el principal productor de esta droga en Sudamérica.
- 5.Guatemala – Honduras: en esta frontera se verifica la mayor parte de toda la violencia registrada en Guatemala. En 2013, las tasas de homicidios superaron en más de dos veces a la media de todo el país. Lo mismo sucedió en el lado hondureño de la frontera, con 100 asesinatos cada 100 mil habitantes. El ICG considera que este alto índice de violencia se debe a una creciente cantidad de narcotráfico a través de Centroamérica y a una mayor cantidad de drogas transportadas por la frontera terrestre, debido a los exitosos esfuerzos de interdicción aérea en Guatemala. El informe del ICG también señaló que los departamentos en ambos lados de la frontera sufren de altos niveles de pobreza y muestran poco respeto por la ley.