Las autoridades de Ecuador informaron el miércoles que un grupo de disidentes de las desaparecidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia sería el autor de un ataque en la frontera en el que murieron tres militares ecuatorianos y siete resultaron heridos.
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“Estamos preocupados por estos actos terroristas que nunca habíamos sufrido. Esto nos ha puesto en estado de emergencia. Se trata de disidentes de las FARC, gente que está en la frontera (con Colombia) donde no hay control por parte de las autoridades de ese país y esto ha hecho que ellos tengan libertad en sus actividades y se unan con grupos de narcotráfico y de contrabando”, dijo el gobernador de la población ecuatoriana de Esmeraldas, Pablo Rodas, a la radio colombiana Blu Radio.
El mortal ataque se produjo al mediodía del martes cuando una patrulla que cumplía operaciones de vigilancia y control en la frontera fue afectada por la explosión de un artefacto artesanal colocado a un costado de la carretera.
Los siete militares heridos fueron llevados en helicóptero a la ciudad de Quito e internados en un centro médico. Se espera que el presidente ecuatoriano Lenín Moreno los visite en el transcurso del miércoles.
Moreno señaló el martes que “vamos a buscarlos, vamos a capturarlos y se van a arrepentir de sus acciones criminales” y recalcó que desde el año pasado su país ha movilizado a la frontera con Colombia más de 12.000 efectivos para garantizar la seguridad y combatir la delincuencia organizada transnacional.
Por su parte, el presidente colombiano Juan Manuel Santos envió un mensaje de solidaridad y ordenó a su ministro de Defensa que convoque con urgencia a la Comisión Binacional Fronteriza. No se dio a conocer la fecha de la reunión.
Según las fuerzas militares colombianas hay más de 1.200 disidentes de las FARC luego de que ese grupo guerrillero firmara la paz con el gobierno de Santos hace más de año.
Ecuador y Colombia comparten unos 640 kilómetros de frontera que se extiende entre el océano Pacífico, pasando por la zona andina, hasta llegar a la Amazonía, donde operan grupos ligados al narcotráfico y la extorsión. AP