Ayer, era el cuarto día que cerca de 100 mujeres indígenas de la Amazonía ecuatoriana protestan en las afueras del Palacio de Carondelet, residencia oficial del presidente Lenín Moreno. Llegaron el lunes a la ciudad de Quito para exigir una reunión con el mandatario y entregarle personalmente un documento que recoge todas sus exigencias políticas.
PUBLICIDAD
El Mandato de las Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva de las Bases frente al Extractivismo, que incluye 22 puntos, busca principalmente exigirle al Gobierno que ponga fin a todas las actividades petroleras y mineras en la Amazonía ecuatoriana.
“Exigimos la anulación de los contratos y/o convenios y concesiones otorgadas por el Gobierno ecuatoriano a las empresas petroleras y mineras en el centro sur de la Amazonía, y exigimos que los territorios y pueblos indígenas sean declarados libres de actividades extractivas como petróleo, minería, hidroeléctricas y maderero”, señala el punto 2 del documento.
Zoila Castillo, vicepresidenta de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE), una de las organizaciones indígenas más grandes de Ecuador, dijo que “las mujeres ahora hablan sobre el petróleo, pero lo siguen explotando más y más. Está totalmente contaminado (su territorio), hay enfermedades, hay prostitución, abuso de drogas y alcohol, y todo esto por falta de trabajo. No hay trabajo”.
Las mujeres indígenas que viven en áreas donde se desarrollan actividades extractivas forman parte del sector más vulnerable de la población, señalan varios estudios. Las barreras económicas a las que se enfrentan son más desafiantes en comparación con las de los hombres, tomando en cuenta que sus estilos de vida tradicionales en la selva son destruidos por la contaminación o por los desplazamientos forzosos, y que tienen más dificultades que los hombres cuando se trata de buscar trabajo en las ciudades. Esto aumenta los casos de prostitución como una manera para ganar dinero, así como el abuso de drogas y alcohol, como se puede leer en uno de los últimos estudios de Oxfam publicado en marzo de 2017.
Por esta y muchas otras razones, las mujeres protestaron por más de seis horas en la puerta del palacio presidencial el lunes, vestidas con su ropa tradicional, con pancartas que ilustraban su oposición al extractivismo y a la espera de ser recibidas por el presidente. Hicieron lo mismo el martes y el miércoles, pero no consiguieron la respuesta que deseaban: reunirse con Lenin Moreno.
De acuerdo a funcionarios de palacio, el presidente está regresando de un viaje de trabajo en Chile.
PUBLICIDAD
A las mujeres se les ofreció una reunión con el viceministro de la Secretaría Nacional de Gestión de la Política, sin embargo se negaron, dijeron que solo hablarían con el presidente para garantizar que su voz sea escuchada.
La líder Waorani, Alicia Cawiwa, le dijo a Mongabay Latam que las mujeres indígenas llevan mucho tiempo teniendo reuniones con la Secretaría Nacional de Gestión de la Política, un brazo de la presidencia que sirve como mediador entre los ciudadanos y las actividades del gobierno, pero que este organismo gubernamental siempre hace “falsas promesas” y divide a las comunidades, por lo que no pueden confiar más en ella.
Por esta razón, las mujeres solo aceptaron una breve reunión con el Viceministro Eduardo Paredes, pero insistieron en que no estaban allí para escuchar, solo para presentar sus exigencias al presidente.
Después de la reunión, Paredes le dijo a Mongabay Latam que el gobierno del presidente Moreno ha logrado varios avances en beneficio de las comunidades indígenas en comparación con la última administración de Rafael Correa, particularmente en las áreas de educación bilingüe y reforzando las regulaciones de la consulta previa en el tema de proyectos mineros. A pesar de esto, hay varios puntos dentro del mandato de las mujeres que el presidente probablemente no acepte, agregó Paredes, en particular los relacionados con el cese de las actividades petroleras.
La economía de Ecuador ha dependido durante mucho tiempo de la explotación del petróleo y el gas para poder asegurar la estabilidad y el crecimiento económicos. El martes, mientras las mujeres amazónicas permanecían en las afueras del palacio presidencial, el presidente Moreno lanzaba una nueva ronda de licitación para que las empresas extranjeras puedan seguir invirtiendo en el sector de petróleo y gas, con la esperanza de recaudar otros 800 millones dólares y explorar nuevas reservas.
Las exigencias de las mujeres
El grupo de mujeres indígenas exigen que se detengan todas las actividades petroleras y mineras en la selva amazónica, en particular varios proyectos que se encuentran actualmente en el Parque Nacional Yasuní, una de las áreas con mayor biodiversidad del planeta. La extracción de petróleo en el Yasuní se ha desarrollado por más de 10 años, sin embargo, nuevos proyectos petroleros están invadiendo el territorio protegido de los indígenas no contactados Tagaeri y Taromenane.
Las mujeres demandan también que se cancelen todos los contratos para futuros proyectos de extracción, que se realice la limpieza inmediata de los daños ambientales causados, así como una amnistía “para los compañeros de la nacionalidad Shuar que han sido desalojados y perseguidos políticos, para que puedan retornar a sus comunidades Nanktints y Tundayme”, reseña el documento.
Otro de los puntos que se resalta en el mandato es el de la consulta previa. “Rechazamos las socializaciones o ‘consultas’ para proyectos extractivistas porque en nuestros espacios de toma de decisiones ya hemos resuelto NO más proyectos extractivos en nuestros territorios, respetando nuestro derecho a la autodeterminación. Además las ‘socializaciones y consultas’ no cumplen ni cumplirán con los estándares internacionales de la consulta y consentimiento previo libre e informado como lo establece la sentencia del caso Sarayaku versus el gobierno Ecuatoriano”, indican.
Las otras exigencias que forman parte de los 22 puntos, abordan de manera más directa algunas temáticas vinculadas a las mujeres. Una de ellas está relacionada a la necesidad de frenar el incremento de la violencia sexual en las áreas de extractivismo. “Hay muchas drogas, prostitución, alcoholismo, muchas cosas con las que las mujeres se involucran, quieran o no, por un poco de dinero”, dijo Sandra Tukup, una líder shuar de la provincia amazónica de Morona-Santiago.
Morona-Santiago es un punto importante de biodiversidad, pero también es un área minera estratégica y ha tenido un aumento de nuevas concesiones en los últimos años. La zona conocida como la Cordillera del Cóndor es particularmente rica en cobre, y se encuentran en marcha varios proyectos megamineros chinos y canadienses, que han desplazado a varias comunidades Shuar.
“Las mujeres no tienen un lugar donde trabajar y son usadas por los mineros. Entonces, como son mujeres, esos mineros se burlan de ellas y son utilizadas para prostituirse”, declaró Tukup. “No hay respeto, sino una burla de las mujeres. Y como mujer, eso me duele mucho “.
Lo que las mujeres amazónicas demandan son más investigaciones sobre el tema de abuso sexual y la generación de más información estadística sobre esta problemática, para que el gobierno pueda crear mejores políticas públicas para proteger a las mujeres en estas áreas, y aplicar las sanciones necesarias a aquellos actores de las industrias petroleras y mineras que son culpables de tales actos.
Preparando el mandato
Según la vicepresidenta de la Confeniae, les tomó varios meses elaborar el mandato y recién el último fin de semana pudieron poner en papel todas las demandas de las mujeres indígenas.
Muchas de ellas tuvieron que caminar más de 12 horas, usar botes y tomar autobuses para participar en la marcha por el Día Internacional de la Mujer y asistir luego a la audiencia realizada en la localidad del Puyo, en la provincia de Pastaza. Distintas nacionalidades estuvieron presentes, entre ellas indígenas Shuar, Achuar, Waorani, Quechua, Cofan y Sapara.
La presidenta de la organización ambientalista Acción Ecológica, Esperanza Martínez, dijo que lo que se buscaba con la audiencia era plantear soluciones a tres problemas que enfrentan las mujeres en la Amazonía: cómo resolver los conflictos internos en comunidades provocadas por las empresas extractivas y el gobierno, cómo mantener la solidaridad entre las comunidades que están experimentando luchas similares, y cómo reactivar las economías locales debido a los cambios de estilo de vida provocados por las industrias extractivas.
Una a una, las mujeres tomaron el micrófono para denunciar diversos actos en sus comunidades causados por el sector extractivo, que incluyen la contaminación de los ríos locales, la destrucción de sus chacras (pequeños campos de cultivo), la pérdida de la vida silvestre y el aumento de los casos de amenazas a los defensores indígenas del medio ambiente, además del incremento de las denuncias por acoso en las mujeres.
“Primero entra el petróleo, vienen por dinero, pero no por la comunidad. En la comunidad tenemos nuestros campos, tenemos nuestras chacras, cazamos y vivimos de eso. Están contaminando nuestro medio ambiente, nuestros ríos donde nos alimentamos y donde vivimos. Eso es lo que defendemos”, dijo Castillo de nacionalidad quechua a Mongabay Latam.
Según Martínez, el gobierno ha hecho muy poco para ayudar a las mujeres indígenas de la Amazonía, especialmente porque siguen aprobando proyectos mineros, petroleros y agroindustriales que afectan a estas comunidades, mientras tienden a “ignorar a las mujeres y sus visiones sobre la vida y el desarrollo”.
La representante de Acción Ecológica dijo también que las mujeres presentaron ideas muy interesantes con miras a recuperar sus economías, al margen de la falta de atención del gobierno. Plantearon la venta de productos artesanales, el desarrollo de actividades ecoturísticas, promover los cultivos de cacao y otros proyectos comunitarios.
En este momento, las mujeres lideran los movimientos de resistencia prácticamente en todo el país”, dijo Martínez y agregó que “hoy escuché a todas las comunidades reafirmar su resistencia a las actividades extractivas y a continuar defendiendo sus territorios”.
El artículo fue realizado por Kimberley Brown de Mongabay. Lee el artículo original aquí.