Investigó los misterios más profundos del universo. Era una de las mentes más respetadas del planeta y cada vez que daba sus opiniones, el mundo se silenciaba para esperar qué diría.
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Sin embargo, Stephen Hawking daba muestras de una humildad sin límites. El astrofísico era un humano más, que daba consejos a las personas para superar la depresión.
Pero un día, el New York Times quiso profundizar más en la inteligencia de Hawking y durante una entrevista el 2004 fue directo al hueso para tratar demostrar la genialidad del físico. Pero él les mostró qué eran en verdad la genialidad.
Cuándo el medio le consultó cuál era su coeficiente intelectual, señaló lo siguiente: «No tengo idea. Las personas que se jactan de su coeficiente de inteligencia son perdedores».
