La masacre que enlutó a la escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, podría haber sido aún peor si no fuera por el accionar de presentes que se vistieron de héroes.
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Tal es el caso del entrenador Aaron Feis, quien, según testigos de la masacre, se arrojó y usó su cuerpo como escudo humano para proteger a los alumnos de las balas del tirador.
Feis, de 37 años, en su intento por salvar las vidas de los adolescentes, los cubrió de los disparos de Nikolas Cruz, quien dejó al menos 17 muertos en la secundaria.
«Por favor, pueden todos tomarse un segundo para rezar por mi entrenador. Él recibió varias balas protegiendo a los estudiantes», pidió Charles Rothkopf, un alumno de esa escuela y jugador de fútbol americano, según Infobae.
Su mensaje recibió miles de retuits, especialmente de la comunidad escolar y deportiva, quienes veían en Feis más que un docente: también ha tenido un rol de confidente y mentor para los alumnos.
Tyler Goodman, también atleta y alumno, agregó: «Vas a estar bien, entrenador». Sin embargo, horas después se hacían fuertes los rumores que señalaban que había perdido la vida.
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A falta de confirmación por parte de las autoridades sobre las identidades de las víctimas fatales, Goodman agregó: «La comunidad perdió a una de las personas más amables y afectuosas del universo. Quiero a este hombre con todo mi corazón. Te quiero, entrenador, siempre serás mi guía».
Horas después, publicó otra conmovedora despedida: «Este hombre merece una medalla por sus acciones heroicas y lo merece todo, es el más humilde que he conocido. Merece estar vivo».
Los homenajes no se hicieron esperar. Según trascendió, antes de ser entrenador del equipo, Feis había trabajado como agente de seguridad escolar durante ocho años, por lo que estaba muy integrado en la comunidad local.
En una de las conferencias de la policía local, el sheriff Scott Israel informó que un entrenador de fútbol estaba entre los fallecidos, aunque no indicó su nombre, mientras continuaban las versiones contradictorias en las redes sociales. Otro docente señaló que Feis había recibido impactos de balas, pero todavía luchaba por su vida.
En tanto, los homenajes que no dejaban de publicarse en redes destacaban su valiente reacción.
Un mensaje publicado por Will Pringle, también jugador del equipo de fútbol, fue especialmente conmovedor y detalló la cercana relación que había entre el entrenador y sus alumnos:
«No puedo creer la noticia. El hombre más generoso y amable que he conocido luchó por sus convicciones y siempre creyó en los chicos cuando nadie más lo hacía, se puso delante y fue un verdadero héroe. No puedo imaginar no verte cada mañana, o que me lleves por la escuela en tu carro, o que me llames idiota cuando me aparezco en tu puerta para ayudarte con tu árbol de navidad. Todas las bromas que hiciste, las risas que compartimos y las veces que fuiste el único que todavía se preocupaba y el único que sacaba la cara por mí. Nada de eso será olvidado, eres un verdadero héroe y te quiero desde lo profundo de mi corazón».
Feis, casado y con una hija, estudió en la misma escuela donde ocurrió la masacre, por lo que su vinculación con el lugar tiene décadas de historia.
Finalmente, la cuenta del equipo de fútbol de la secundaria confirmó el fallecimiento de Feis. «Murió como un héroe y siempre estará en nuestros corazones y memoria», indicaron en Twitter.