Dos argentinos, previo a San Valentín, demostraron que las separaciones no pueden ser tan malas. Marta y Alberto se casaron pero, como muchas parejas, la relación no funcionó y le pusieron fin “en muy buenos términos”.
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Pese a estar separados más de 14 años fue el año pasado que Marta le pidió a su expareja la disolución legal de su matrimonio. Algo a lo que Alberto no se negó. El pasado 8 de febrero, la pareja se encontró en el juzgado para firmar los papeles y hasta celebraron con champagne.
Rocío (28), hija de ambos, los sorprendió con un cartel de ‘felizmente divorciados’, acompañada de testigos que presenciaron la separación formal “Fueron más personas que al casamiento”, comentó entre risas su hija.