El vuelo que tomó de vuelta a su casa en el sur de la Florida fue traumático para Belen Aldecosea. La aerolínea le había dicho que no tendría ningún problema en viajar con su hamster, que era su mascota de terapia, pero no fue así.
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Para Pebbles, como se llamaba el roedor, había dos opciones, que eran más una sentencia de muerte, que le daba la compañía: dejarlo a su suerte, abandonado, afuera del avión o tirarlo por el inodoro del aeropuerto.
Ella estaba asustada. Yo estaba asustada. Fue horrible tratar de ponerla en el inodoro Aldecosea, de 21 años, lo meditó por horas. Intentó alquilar un vehículo, pero no pudo. Al final tomó la decisión más difícil: tiró a su mascota por el inodoro.
«Ella estaba asustada. Yo estaba asustada. Fue horrible tratar de ponerla en el inodoro», informó al Miami Herald.
Derek Dombrowski, vocero de la aerolínea Spirit Airlines, aceptó que la compañía le dijo por error a la joven que podía viajar con el hamster, pero negó que la idea de matar al animal fue de ellos.
«Podemos decir que en ningún momento ninguno de nuestros agentes sugirió a la pasajera que tenía que tirar por el inodoro o herir de alguna forma al animal. Es muy triste escuchar que esta pasajera tomó la decisión de acabar con la vida de su mascota», dijo Dombrowski.
Pebbles es el último de los casos de mascotas de terapia y apoyo emocional que es noticia por incidentes con aerolíneas. En enero, un pavo real no pudo viajar en un vuelo de United Airlines, a pesar que su dueño le compró un pasaje de avión.
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En ningún momento ninguno de nuestros agentes sugirió a la pasajera que tenía que tirar por el inodoro
Aerolíneas como Delta y United Airlines ha delimitado el rango de animales que pueden ser considerados mascotas de terapia. Esta decisión ha sido apoyada por el gremio de auxiliares de vuelos, ya que éstos tendrían que lidiar con situaciones como mordidas, agresiones, alergias, defecaciones, entre otros problemas.
El abogado de la joven, Adam Goldman, dijo que no se puede comparar un caso como el del hamster con el de pavo real.
«Esto no era un ave gigante que podía poner a los pasajero en peligro. Esto era un hamster pequeño y tierno que podía caber en la palma de una mano», dijo el abogado al Miami Herald.