Las negociaciones entre el gobierno y la oposición de Venezuela quedaron en la cuerda floja luego de que las partes no llegaran a un acuerdo sobre las garantías para que las próximas elecciones presidenciales sean justas y transparentes.
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Tras un esperanzador avance la semana pasada en las conversaciones que mantienen en República Dominicana destinadas a resolver la crisis política y económica del país, el martes las partes parecían haber llegado a un punto límite.
El exsecretario ejecutivo de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba, se mostró escéptico de que se alcance un acuerdo.
“No hay acuerdo porque al gobierno le importa poco si la oposición participa en las elecciones o no. Ellos no están buscando unas elecciones para permitir una solución pacífica a la crisis, lo que quieren es aparentar que fueron relegitimados con los votos”, dijo Torrealba a The Associated Press el miércoles.
Los adversarios del presidente Nicolás Maduro acusan al oficialismo de tratar de imponer un mal acuerdo mientras el gobierno advierte que los comicios se llevarán a cabo con o sin la presencia de la oposición.
Julio Borges, coordinador del partido Primero Justicia y principal vocero de la delegación opositora, afirmó que no firmará ningún pacto que ponga en riesgo la democracia venezolana y sostuvo que el texto significa «claudicar a los valores democráticos».
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El mandatario dominicano Danilo Medina -quien junto con el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero funge como observador del diálogo- dijo que las conversaciones se reanudarían el miércoles. Sin embargo, el ministro de Comunicación y negociador por parte del gobierno venezolano, Jorge Rodríguez, sugirió que queda poco tiempo para llegar a un acuerdo y anunció que los representantes del gobierno ya firmaron el documento que, aseguró, reúne todos los puntos acordados entre ambas partes, incluidos los electorales.
Las polémicas elecciones presidenciales, que el oficialismo espera realizar antes del 30 de abril, desencadenaron críticas internas y de la comunidad internacional tras ser convocadas por la Asamblea Constituyente, considerada ilegal por la oposición y dominada en su totalidad por partidarios del gobierno.
El Partido Socialista Unido de Venezuela formalizó la semana pasada la proclamación por unanimidad de Maduro como el candidato para la reelección.
Una inflación de cuatro dígitos y la escasez generalizada de productos básicos como alimentos y medicinas han socavado la popularidad de Maduro. Pero el mandatario aún podría ganar la reelección luego de que organismos controlados por el gobierno -entre ellos el Consejo Nacional Electoral- dejaron afuera de la contienda a varios líderes opositores y declararon ilegales a varios de los más importantes partidos.
Uno de los puntos álgidos en la negociación es la solicitud de cambiar al organismo electoral, cuya credibilidad es cuestionada por la oposición después de dos elecciones el año pasado que estuvieron signadas por las acusaciones de fraude y manipulación de votos.
Borges insistió en que el objetivo de la negociación es que los venezolanos «tengan unas elecciones presidenciales de verdad, no un fraude».
Rodríguez dijo que las partes resolvieron los últimos detalles de un acuerdo al que llegaron en conversaciones el lunes en Caracas y se esperaba que al regresar a Santo Domingo el pacto fuera ratificado. Pero la mesa dispuesta para la rúbrica en un amplio salón de la cancillería dominicana nunca fue ocupada por los negociadores venezolanos.
Rodríguez alegó que la firma se frustró luego de que la delegación opositora recibió una llamada de último momento desde Bogotá, donde se reunieron el martes el secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson y el presidente Juan Manuel Santos. Borges rechazó esa acusación.
Por su parte, Rodríguez Zapatero aseguró el miércoles que el borrador del acuerdo que la oposición se negó a firmar reúne los puntos esenciales de la negociación sobre las garantías de transparencia y observación electoral.
«La mejor respuesta a la situación difícil que todos tenemos en Venezuela es que tengamos unas elecciones, que por cierto se adelantarían varios meses», agregó el exgobernante español. AP