La dinámica familiar y el acoso escolar han incrementado los índices de depresión infantil, dijo hoy el psicólogo Héctor Lara Tapia, quien advirtió que, de no ser tratada a tiempo, puede terminar en suicidio.
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«Se trata de un fenómeno psicopatológico que se caracteriza por su duración prolongada y se asocia a insomnio, irritabilidad, cambio en los hábitos alimenticios y trastorno en el ajuste social y escolar de los niños», explicó en entrevista con Efe.
En casos extremos, «puede llevar al suicidio», señaló el académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), actualmente hay dos millones de niños y adolescentes que padecen depresión en el país.
El suicidio entre niños menores a 14 años ha subido en los últimos años. De 2000 a 2013 se registró un incremento de 62,5 % al pasar de 105 a 168 casos.
«Los menores de edad que intentan suicidarse viven en un entorno familiar muy conflictivo que les impide encarar y resolver cualquier problema», explicó Lara.
En su mayoría, se trata de niños que van mal en la escuela y son castigados o golpeados por sus padres.
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El experto explicó que «hay una predisposición y unos rasgos de personalidad depresivos» y, cuando surge una dificultad -por ejemplo, la posibilidad de reprobar un examen o el año escolar-, los menores recurren «al suicidio como una forma de evasión o escape».
Otra de las causas que llevan a un pequeño a deprimirse es el acoso escolar, que si bien siempre ha existido, en los últimos años ha tomado especial relevancia.
«Cuando al niño lo agreden constantemente, se aísla y son esos problemas escolares lo que los deprime y los lleva a pensar con más frecuencia en el suicidio», indicó.
Lara realizó hace cinco años el estudio «Epidemiología de la depresión mayor en un hospital general de un sistema de seguridad social (ISSSTE)» a 5.000 pacientes con depresión, el cual reveló que los intentos de suicidio en menores representan alrededor del 15 % de todos los casos registrados.
«En el suicidio no solo influyen los aspectos sociales; para que se dé tiene que haber un trasfondo psiquiátrico. Las personas que intentan suicidarse ya padecen una psicopatología desde niños», aseguró.
El especialista dijo que muchas veces la negación de los padres para llevar a terapia a los pequeños es uno de los factores que incide para que esta condición no pueda ser diagnosticada y tratada de manera correcta.
«Hay mucha negación y no se quiere aceptar que el niño está deprimido porque eso implica muchas emociones y la culpa que puedan tener los padres», estimó.
Lara pidió prestar atención a los niños para identificar cualquier síntoma que indique que el pequeño se encuentra deprimido y así poder ayudarlo para prevenir desenlaces fatales.
Entre los signos de alerta están la falta de apetito, el letargo, la tristeza constante, agresión, llanto, hiperactividad, miedo a la muerte, frustración, desesperanza, autocrítica, baja autoestima, rechazo escolar, lentitud y hostilidad hacia padres y maestros.
El experto recomendó trabajar en familia para prevenir la depresión infantil. «Hay que tratar bien a los niños» y procurar que el entorno familiar sea «positivo», indicó.
Fuente: EFE
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