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Narco de Colombia fue sepultado como un ídolo en su pueblo

Su cuerpo fue llevado a Carepa, su pueblo natal, un municipio ubicado en la región del Urabá, en el departamento de Antioquia, donde miles de personas esperaron por él.

Luis Orlando Padierna, alias ‘Inglaterra’, fue conocido por ser un hombre sanguinario, uno de los delincuentes más temidos en Colombia.

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Sin embargo, en su sepulcro en su pueblo natal fue recibido como todo un ídolo o, al juzgar por las imágenes, como un santo.

De acuerdo con información de Infobae, él fue el número dos del Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país cafetero. El hombre fue abatido el pasado 23 noviembre en el departamento de Norte de Santander por un comando especial de la fuerza pública.

Su cuerpo fue llevado a Carepa, su pueblo natal, un municipio ubicado en la región del Urabá, en el departamento de Antioquia, donde miles de personas esperaron por él.

Allí fue recibido a la media noche con licor, pólvora, pancartas con su imagen y corridos peligrosos, un género musical que narra la vida de los delincuentes. Luego una gran caravana de motocicletas y automóviles acompañó el ataúd del capo narco.

«Me siento muy orgulloso porque fue mi héroe, entonces enterrar a mi héroe yo mismo y ser el que lleva el ramo de primero es el orgullo más fuerte», dice un joven en un video grabado por un medio local.

Por la cabeza de Padierna, que fue abatido a los 36 años, el gobierno colombiano pedía más de 200 mil dólares. Su vida en el mundo del hampa la inició siendo casi un adolescente, cuando ingresó en el año 2000 al grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia.

«Lo que fue Luis Orlando Padierna no lo tenemos que decir con palabras, los hechos dicen todo, lo que se está viendo ahorita dice todo», dice una mujer que está en una masiva procesión, en la que llevan el ataúd del narco, y en la que todos visten de camiseta blanca y llevan globos blancos, colores que simbolizan la paz y con el que, paradójicamente, honraban la vida de un hombre que se enriqueció y adquirió poder a costa del sufrimiento de muchos.

«Lo vemos con asombro y con tristeza. Ver cómo las personas tienen truncados los valores y les parece que es algo magnífico acompañar el féretro de un delincuente; la verdad es que no lo entiende uno», dijo el comandante de la policía de la región del Urabá Luis Eduardo Soler.

Desde que el gobierno colombiano inició la operación ‘Agamenón 2’, con la que se intenta desmantelar el Clan del Golfo, han sido abatidos más 35 integrantes de la banda criminal, se han capturado 520 miembros y han sido incautados 123 toneladas de cocaína.

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